Ser digital ya no es una opción, al menos no lo es para las empresas. Vivimos en un mundo hiperconectado y prácticamente todos los negocios están siendo empujados a digitalizarse con él. Los que no emprendan esta transformación digital corren el riesgo de estancarse, e incluso desaparecer, si no logran adaptarse a la actual era de cambio.

Sin embargo, no todas las empresas toman este camino con las mismas garantías. Para las pymes, lanzarse a la digitalización es un reto complicado, pues las inversiones que se requieren para tal proceso no están al alcance de todas. Aunque poco a poco se reduce la brecha digital, pues la penetración de internet y el uso de ordenadores ya supera el 95% en el segmento de las pequeñas empresas, las diferencias continúan siendo muy acusadas en función del tamaño y sector de las empresas, según apunta el último informe de digitalización de las pymes, que realiza el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (Ontsi).

En un momento en el que multitud de pequeñas empresas han pasado del plano físico al digital, es destacable la evolución positiva que se ha observado en la utilización de medidas de ciberseguridad. En muchas ocasiones, la falta de perfiles profesionales especializados o de recursos hace que las pymes no lleven a cabo su digitalización con todas las garantías en materia de seguridad, pero parece que las pequeñas empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de proteger sus sistemas y en tan solo un año ha aumentado en 13 puntos (hasta el 70,2%) el porcentaje de pymes que utilizan alguna medida de ciberseguridad, según el informe de Ontsi.

Las pymes, más vulnerables ante los ciberataques

La ciberseguridad es uno de los principales retos a los que se enfrentan las empresas digitales hoy en día. De hecho, los ciberataques llevan varios años incrementándose de forma consecutiva y, en España, el 70% de los incidentes que se producen son contra pymes. Se trata de una cifra alarmante, teniendo en cuenta que las pymes representan la gran mayoría del tejido empresarial español y son el principal generador de empleo. Estos ciberataques tienen, además, un coste promedio de resolución de 35.000€, con todos los riesgos y costes no monetarios, como la pérdida de clientes o de la reputación de la empresa.

El informe anual sobre ciberseguridad publicado por el Foro Económico Mundial asegura que las empresas tardan una media de 212 días en identificar los ciberataques y 75 más en contenerlo, por lo que es fundamental para las empresas, sea cual sea su tamaño, tener la capacidad de protegerse y detectar cualquier amenaza lo antes posible. Estos ataques pueden afectar a los ordenadores de los empleados o a los servidores, y pueden sustraer información privada de la empresa o impedir el funcionamiento de los sistemas, paralizando la actividad de la misma.

Conscientes de esta problemática, y entendiendo que la ciberseguridad es parte imprescindible de una transformación digital sólida, Banco Santander ha lanzado recientemente, junto a la empresa especialista en ciberseguridad Factum, el servicio Cyber Guardian. El objetivo de esta plataforma es poner al alcance de pymes y start-ups las mismas herramientas de las que disponen ya las grandes corporaciones para defenderse de las amenazas y proteger sus negocios.

Así, Cyber Guardian ofrece servicios para evaluar su riesgo de ciberseguridad; proteger sus dispositivos, e-mails y navegación, además de la posibilidad de formar a los empleados para que estos se conviertan en la primera barrera de defensa. De esta manera, cualquier persona perteneciente a la empresa podrá operar en su día a día con mayor seguridad y sin necesidad de tener grandes conocimientos técnicos.

Además, las pymes pueden financiar el servicio Cyber Guardian a través del Kit Digital, un paquete de ayudas financiado por la Unión Europea para favorecer la digitalización de las pymes y autónomos. Este ‘kit’ forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del programa España Digital, la estrategia que permitirá canalizar los fondos europeos para paliar los efectos de la Covid-19 y puede solicitarlo cualquier empresa de menos de 50 empleados.





Muchas de estas ayudas están destinadas a sufragar la transición digital que atraviesan en estos momentos la práctica totalidad de los sectores productivos. Este proceso resulta de especial relevancia para las pequeñas y medianas empresas, que son las más vulnerables ante los cambios tecnológicos y las que más necesitan en estos momentos digitalizarse de forma segura.