Para ser un buen periodista se necesitan, al menos, tres requisitos indispensables. Uno físico y fundamental: traspasar el umbral de un buen medio de comunicación para tener una oportunidad. Otro de carácter mental: ser curioso. Y un tercero de orden mecánico: gastar mucha suela de zapato, aunque no se pague un plus por este concepto.
Trece jóvenes y brillantes periodistas de EL ESPAÑOL explican con recuerdos, casi todos trufados de suspiros, por qué este diario es ideal para iniciar la aventura de ganarse la vida como periodista. Por elevación, concluyen que el nuevo Máster de Periodismo promovido por este periódico con la Universidad Camilo José Cela, que arrancará el próximo mes de octubre, es una gran oportunidad para sumarse a la profesión. Daniel Ramírez (30 años), redactor jefe de EL ESPAÑOL, espigado y barojiano, lo resume en pocas palabras: “Aquí, en esta casa, sí funciona la meritocracia y el ascensor social”.
1. El mejor sitio para empezar
Diego Rodríguez (28 años), redactor de la sección España, evoca, seguramente sin saberlo, al periodista italiano Indro Montanelli (1909-2001) y a Jacobo I de Inglaterra (1566-1625) al relatar lo que le sucedió en la calle a las pocas semanas de entrar en EL ESPAÑOL. Recuerda el gran Montanelli en su indispensable libro Memorias de un periodista el consejo más valioso que recibió al empezar en el mundo de las noticias, por más que ahora chirríe la alusión al ejercicio de la prostitución: “No olvides que los periodistas son como las mujeres de la calle; mientras estén allí les va muy bien. Lo malo es cuando se les mete en la cabeza querer entrar en la sala”.
Rodríguez calibra como equivalente a todo un Máster una madrugada de principios de abril de 2020 cuando su jefe de Reportajes le pidió que recorriera con nocturnidad los cuatro hospitales de Madrid con más fallecimientos por Covid. Uno de esos días en España fallecieron 1.000 personas por la pandemia. “Lo que vi y me contaron fue sobrecogedor. Fuimos de los pocos que apostamos por una cobertura a pie de calle. Por primera vez en mi vida tuve la sensación de estar transmitiendo una parte de la Historia. Si con mis años hubiera estado en otro periódico, a lo sumo habría corregido el reportaje que habría elaborado una firma consagrada del periódico y no un chaval como yo, recién llegado. Me dieron la oportunidad y la aproveché”, asevera Rodríguez.
La calle, efectivamente, es el mejor sitio para hacer periodismo, de la misma manera que Jacobo I de Inglaterra mandaba a la calle a los paseantes de perros y a los fumadores con gran visión de futuro.
Lorena G. Maldonado (31 años), jefa de sección de Porfolio, incisiva articulista y cómplice entrevistadora, constata que en otros medios a los periodistas jóvenes se les relega a informaciones o textos menores. Acostumbrada a manejar sintagmas como venablos, trufados con dulzura, afirma que frente a EL ESPAÑOL, donde prima el talento joven, otros periódicos tradicionales son “gerontofílicos”. “Hay que envejecer, si no morir, para que te respeten o te lean con cierta autoridad”.
La rápida proyección de Lorena le ha permitido convertirse en guionista de La Casa de Papel y de Berlín, serie de la misma productora y gran esperanza de Netflix.
Te quedas a trabajar, seguro
Raúl Rodríguez (33 años), jefe de sección de Jaleos, de Bluper y de Serie & Más, con sentido práctico de periodista del corazón, va al grano en la relación entre hacer el Máster de EL ESPAÑOL, con sus seis meses de prácticas remuneradas en la redacción, y quedarte después a trabajar en el diario líder de la prensa española. “Es un buen periódico para empezar la aventura del periodismo por todo lo que se dice y se hace, pero más importante aún por las posibilidades reales que existen de quedarse a trabajar en él después del proceso de prácticas. Y, más adelante, de tener promoción interna”.
Especialista en Casas Reales mantiene un recuerdo indeleble de su primer día en EL ESPAÑOL, un 3 de abril de 2018. Ese día, borrado de la memoria nacional, se produjo una noticia que fue cubierta con brillantez por este diario, seguramente como ningún otro, y desde luego con periodistas tan recién llegados como Raúl: la reina Letizia dio el espectáculo en la catedral de Palma, al tratar de impedir que la emérita Sofía se fotografiara con sus nietas. La cobertura de la astracanada real por este periódico fue rápida, abundante y singular. Hasta un especialista leyó de los labios de la reina lo que decía en su día de infortunio.
Brais Cedeira (29 años), especialista en Interior y en Investigación, coincide con sus compañeros en la descripción de EL ESPAÑOL como el periódico de la oportunidad. Conste que todos los encuestados, hasta 13, son profesionales críticos cuando escriben y cuando trabajan para sus jefes respectivos, incluido el mismo director. En este punto cabe recordar, para no llevarse a engaños, lo que Friedrich Engels (1820-1895) decía de su protegido, Karl Marx (1818-1883), respecto a cómo el padre del marxismo igualitario dirigía el periódico Nueva Gaceta del Rin: “La constitución que regía en la redacción del periódico se reducía simplemente a la dictadura de Marx".
"Un gran periódico diario, que ha de salir a una hora fija, no puede defender consecuentemente sus puntos de vista con otro régimen que no sea éste”, según recoge Juan Luis Cebrián en Cartas a un joven periodista. Un periódico en el que no manda el director y, por delegación, su director adjunto y los jefes de área, es un putiferio. Lo mismo sucedería en el Vaticano, en el Real Madrid y para qué hablar de la Moncloa.
Con Brais, respecto a la libertad para abrirse camino en EL ESPAÑOL, coinciden Irene P. Nova (31 años), de la sección Madrid Total; David Barreira (29 años), de El Cultural (“En otros sitios a los jóvenes sólo les dejan las migajas”); Juan Rodríguez de Rivera (27 años), de Ciencia y Salud; Marta Jiménez (28 años), de Redes Sociales; Jorge Raya (30 años), de Opinión y Pódcast (“Aquí te dan la oportunidad de equivocarte”); Irene Asiaín (28 años), de Enclave ODS; Cristina Pita (29 años), de Arte y Narrativas Digitales; y Laura Mateo (24 años), de Audiovisual.
2. Aquel primer día
Precisamente porque la vida en EL ESPAÑOL pasa de forma trepidante, como las películas de los hermanos Coen (sin sangre, eso sí, pero con mucho sudor), el primer día en el diario de estos 13 jóvenes periodistas resulta difuso porque se solapa mentalmente con los siguientes. Más allá del impacto visual que provocaron el día de llegada las mesas altas, coloridas y circulares de la redacción, alineadas por secciones, los entonces recién incorporados recuerdan la actitud amiga y colaboradora de los veteranos con ellos. Más fraternal que paternal. Un espíritu que se mantiene y que imperará cuando se presenten en la redacción de EL ESPAÑOL los estudiantes del Máster del diario en colaboración con la Universidad Camilo José Cela.
“Quizás el mayor descubrimiento de esos primeros días en EL ESPAÑOL fue el extraordinario ambiente humano entre los periodistas y otros empleados, forjado en maratonianas sesiones de ping-pong en una mesa que había en una sala y también en numerosas tardes de cañas”, recuerda Barreira, exsaltador de altura de la Blume. “¿Pero qué estilo saltas, rodillo ventral o Fosbury?”, me preguntó Pedro J. La precisión en el dato es fundamental en el periodismo.
Jorge Raya, uno de los mejores especialistas en Pódcast, materia que impartirá en el Máster, destaca que los veteranos del diario en vez sentirse recelosos con los nuevos por su impericia en temas tecnológicos les animan a más. A lo sumo, con humildad los veteranos, más analógicos, piden ayuda a los novatos.
De sus primeros días, Irene P. Nova destaca que controló sus nervios y no llamó Pablo a Pedro, una confusión con los nombres común en ella al ponerse nerviosa.
3. Consejos para abril del 24
En abril de 2024 los matriculados del Máster de EL ESPAÑOL comenzarán a hacer prácticas en la redacción; el curso está fijado que se imparta desde el próximo mes de octubre. Los 'masterianos' que concluyan las prácticas mejor puntuados tendrán la oportunidad de ser contratados en plantilla. Como mínimo, dos de ellos.
Quienes pasaron por el trance del primer contrato y ya se han abierto un camino prometedor en poco tiempo, les brindan algunos consejos:
- Cristina Pita: “Exprime la experiencia de encontrarte en el centro de los acontecimientos”.
- Jorge Raya: “Piensa que pasados unos meses encontrarás sentido al esfuerzo del principio y también a algunas broncas”.
- Laura Martínez: “Cree en ti misma y en que nunca se deja de aprender”.
- Irene Asiaín: “Pierde el miedo a preguntar, escucha y apóyate en los compañeros”.
- Lorena G. Maldonado: “No mandes ni mensajes ni correos, llama por teléfono”.
- Brais Cedeira: “No te quedes sentado en la silla. Lee a la competencia. Encuentra algo que los demás no hayan visto”.
- David Barreira: “Es un sitio muy dinámico. Demuestra que quieres crecer”.
- Juan Rodríguez: “Muestra interés, ten humildad y pide consejo”.
- Marta Jiménez: “Empápate cada día de lo que veas, de lo que aprendas y consigas”.
- Irene P. Nova: “Preséntate a todas las secciones, sobre todo a la Mesa”.
- Raúl Rodríguez: “Hazte imprescindible en tu sección. Practica el Plus Ultra, ve un poco más allá, como diría un antiguo jefe”.
- Diego Rodríguez: “Coge siempre el teléfono. Parece de película, pero una llamada anónima me dijo que una candidata estuvo en la cárcel por asesinato. Tras dos semanas, lo publiqué. Mi entonces jefe, Miguel Ángel Mellado, a la 1 de la madrugada seguía pidiendo comprobaciones”.
- Daniel Ramírez: “Fundamental, fíjate en las broncas profesionales entre los jefes más importantes; es como se aprende”.
De todo esto hablarán los aspirantes a periodistas con los periodistas que les darán clase y con los que luego trabajarán. También de la pasión por el periodismo, de la ética y de la objetividad. “El periodista que se inclina hacia un lado o hacia otro se vuelve político o aspirante de político”, decía Josep Pla. Walter Lippman, el gran periodista americano de la primera mitad del siglo pasado, añadía como consejo a pupilos: “Evitad los peligros del compadreo con los políticos”.