En el periodismo casi todo está inventado. Entiéndase por inventado la primera acepción de la RAE para dicho verbo: crear o producir cosas nuevas que antes no existían.
Una noticia cierta, una exclusiva que nadie tiene o una forma diferente y solvente de explicar un hecho conocido cambian, a veces, el panorama de la actualidad e inventan, por tanto, una nueva situación informativa.
Es lo que le explicaba el conocido periodista Fernando Garea (Madrid, 1962) a Álvaro, su pupilo por unas horas. El encuentro entre Garea y Álvaro Guzmán (Jaén, 1995) se produce en las puertas del Congreso de los Diputados, en Madrid, con los imponentes leones como testigos.
Guzmán acaba de llegar de Sevilla. Será alumno del Máster de Periodismo de EL ESPAÑOL y la Universidad Camilo José Cela. Siente devoción por la información política. Nadie mejor, pues, que Fernando Garea, cronista político de este diario, para protagonizar con el aspirante la primera clase práctica del Máster nonato, que comenzará a impartirse el próximo mes de octubre.
Si ya es toda una noticia celebrar una clase de un Máster que aún no ha tomado cuerpo pero despierta gran interés, resulta doblemente relevante porque discípulo y magister ensayan otra gran novedad del Máster de Periodismo de EL ESPAÑOL: la figura del mentor.
Un mentor no es exactamente un maestro. Un mentor es quien comparte su tiempo y su conocimiento para aconsejar, estimular e inspirar a otro más joven e inexperto en una actividad que él lleva años practicando.
Desde luego, el periodismo es una profesión que se escribe con ´P´de práctica y Fernando Garea lleva más de 40 años ejercitándose.
Un mentor no enseña, ayuda a aprender. Álvaro, a punto de acabar Periodismo en la Universidad Pública de Sevilla, se sabe de memoria el plan del Máster de Periodismo de EL ESPAÑOL, muy orientado a dominar sin titubeos las tres herramientas del periodismo actual: escribir más que correctamente noticias, saberlas dar por la radio y comunicarlas en formato televisivo.
Si no hay noticia, nada
- “Sí, claro, cuantas más cosas sepas hacer, mejor, pero si tú no tienes una noticia y no tienes un titular, por muy multimedia que seas, no tienes nada”.
Palabra de Garea. Cierto. El mentor sabe de lo que habla. Empezó en esto en 1981, con prácticas en el Faro de Vigo. Tras hacerse juntos unas fotos en la escalinata del Congreso de los Diputados franquean la puerta de la gran casa nacional, desastrada por sus señorías con más frecuencia de la debida para exasperación de la ciudadanía.
- “Como te decía no tienes nada, por muchas herramientas que controles, si no posees una noticia, para lo cual se necesita intuición. Intuición y picardía. Olfato. Esto no se aprende. Si no lo tienes, no hay nada que hacer”.
No se aprende, pero sí se puede aprehender. Es lo que piensan los promotores de este Máster de Periodismo. La intuición, la picardía y el olfato son sentidos y sentimientos que se pueden ejercitar.
Es uno de los mandamientos del Máster de EL ESPAÑOL y de la Universidad Camilo José Cela: la repetición estimula el conocimiento –ya lo demostró Antonio de Nebrija con su Gramática- y la buena actitud, aptitudes que uno creía no poseer.
Garea inicia con su pupilo el recorrido por su hábitat natural. Los pasillos de la Cámara Baja están ese día vacíos. La mayoría de los diputados siguen inmersos en la campaña electoral, con los comicios del 28 de mayo a vuelta de calendario. Explica al futuro informador político lo que él hace y cómo actúa; más que para enseñarle, para abrirle ventanas:
- “Yo prefiero poder escribir que Sánchez acaba de anunciar una medida que ya se aprobó en lugar de Sánchez promete equis millones. (Se refiere al anuncio, en clave electoral, de una medida del presidente sobre atención primaria y salud mental).
- “Lo fundamental es no tener pereza, preguntar a quien sabe, para poner en contexto los anuncios de este tipo. Hay que tener la intención de ir a buscarlo”.
Continúa el recorrido por la selva del hemiciclo donde sus señorías tantas veces matan moscas a cañonazos, se devoran entre ellos y se comen, ciertamente, la moral de sus electores.
- “Lo que ocurre es que los periodistas, en términos generales, somos demasiado soberbios y admitimos pocas veces los errores. Pero lo que debemos hacer, cuando esto sucede, es rectificar en vez de porfiar”.
- “Hay que tener mucho cuidado con lo que publicas. Cuando empecé en esto, en el periodismo de papel, tenías todo el día para contrastar, para escribir la crónica… Ahora todo requiere que sea más rápido. Ahora se demanda velocidad y, además, hay gran competencia. Por tanto, es preciso buscar enfoques propios”.
Álvaro Guzmán se resitúa sus gafotas, para enfocar mejor, cuando el mentor le señala que están en la llamada “M-30” del Congreso, que allá se encuentra el conocido como “el salón de los pasos perdidos” –otrora terreno fértil para pactos y conversaciones que forjaron la nueva democracia en España- y acullá se expusieron los féretros con presidentes del Gobierno fallecidos y otros insignes políticos. No se sabe qué pasará cuando Juan Carlos I, el rey caído, muera y vuelva definitivamente a España.
Un mentor por alumno
El estudiante del Máster de Periodismo no ha podido ver, en este primer encuentro con su acreditado mentor, cómo éste interactúa con los políticos, con sus fuentes, pero sí le ha explicado por qué hay que respetar el off the record, cómo en esta profesión no hay que ser cortoplacistas -estos consiguen publicar cosas, pero a la larga desparecen porque nadie confía en ellos”- y por qué la longevidad profesional es directamente proporcional con el crédito del periodista.
El mentor cierra su librillo de transmisión de conocimientos. Aconseja a su pupilo que lea mucho, que a la larga se especialice y que la información ha de ser precisa, como aprendió haciendo información de Tribunales.
El primer ensayo de mentoring del Máster de Periodismo de EL ESPAÑOL ha sido un éxito antes incluso de empezar el curso. Es, desde luego, una exclusiva novedad en este tipo de másteres.
Durante los meses de clase, además de un tutor en el aula redacción, cada alumno dispondrá de un referente mentor en la redacción del diario. Podrá consultar con él dudas específicas y acompañarle en determinadas ocasiones, para observar cómo hace su trabajo in situ: cómo entrevista, cómo cubre un pleno del Congreso, cómo busca sus fuentes para un reportaje, cómo fotografía un siniestro, cómo hilvana un gran pódcast, cómo acude a grandes especialistas para interpretar bien un informe científico…
Se trata de ganar tiempo al tiempo y sumar conocimiento con el ejemplo directo de profesionales consagrados en sus áreas.
En el periodismo casi todo está inventando, pero con facilidad se nos olvida. De hecho, Ulises, también conocido por Odiseo, buscó a un amigo para que instruyera a su hijo y heredero, Telémaco, durante el tiempo de su larga travesía. Según Homero, el amigo instructor e inspirador de Ulises se llamaba Méntor.
***Con información de Álvaro Guzmán.