Luis Conlledo Aguilera / Banca
8/04/1929, MadridMadrid, 5/04/1929
Luis Conlledo Aguilera era su nombre, pero para su entorno familiar era BIS. Se lo puso su nieta cuando todavía no sabía hablar. Se desvivía por su mujer, su única hija, su única nieta y sus tres bisnietos. Pero no por ese orden porque su nieta era su luz y su inspiración.
Se nos fue el 5 de abril, tres días antes de cumplir 91 años. Fue un hombre muy deportista. De joven, el ciclismo y el fútbol eran su pasión. El empeño de su padre para que se centrara en el violín hizo que lo dejara todo. Le rompía las ruedas de la bicicleta para que no pudiera correr y él rompió el violín. Pero siempre presumió de que Bahamontes nunca le ganó una carrera.
Era muy atractivo y cuidaba mucho su aspecto. Era el Hamelin de la familia. Siempre rodeado de niños, inventando juegos, contándoles historias increíbles (unas ciertas y otras no), haciéndoles juegos de magia... Mis primos dicen que con él se ha ido una parte importante de sus infancias. De carácter muy alegre y abierto, cantaba muy bien, aunque muy poquitos le hemos oído.
Sus últimos cuatro años fue presa cruel del alzhéimer y, aunque ya no nos conocía, nos sonreía siempre y nos devolvía los besos y abrazos. De ideología política opuesta a la de su hija, las discusiones eran épicas. Qué no daría yo por volver a debatir con él. Sabíamos que era muy querido, pero no sabíamos que lo era tanto. No pudimos despedirnos de él.
Pero no se ha ido. Nunca se irá.
Por su mujer, Emilia Gallardo López de la Torre; su hija, Emilia Conlledo Gallardo; su nieta, Raquel López de la Torre Conlledo; bisnietos: Lucía, Hugo y Yago López-Mesas y López de la Torre.
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