María Del Pilar Delgado Mediavilla / Telecomunicaciones
21/08/1945, MadridMadrid, 11/04/2020
Querida mamá, no estés triste ni angustiada, hoy solo has perdido una batalla, pero no te preocupes porque ha sido la menos importante, la más insignificante de todas, porque hoy más que nunca me he sentido orgulloso de lo que has sido y lo siempre serás.
Hoy me quedo con tu AMOR puro, tu entrega incansable, tu cariño inmenso, tu infinita generosidad, tu bondad, tu humildad, tu coraje, tu valentía y, sobre todo, tu devoción y entrega por los tuyos, tus hijos y especialmente tus nietos.
Hoy más que nunca me siento orgulloso de ti, mamá, de lo feliz que he sido a tu lado, de tu ejemplo constante de lucha, sacrificio, de cómo me has enseñado a superar todas las adversidades que la vida nos iba poniendo, de tu paciencia, de todo lo que me has enseñado y todo lo que he aprendido de ti.
Una persona solo desaparece cuando la última persona que la recuerda también desaparece... Por eso, estoy muy tranquilo y sereno, porque tu legado perdurará a lo largo del tiempo y te prometo que seré el primero que desde ahora mismo recoja el testigo para asegurar que siga latiendo en las próximas generaciones que nos relevarán.
Maldita muerte, me río de ti, en tu cara, porque has vuelto a fracasar, una vez más te hemos derrotado. Da igual el disfraz con el que hayas intentado ocultar tu lastimosa cobardía, tu triunfo ha sido de nuevo estéril y efímero: solo te llevas el cuerpo; el alma, los sentimientos, el amor, lo esencial de ella se queda aquí para siempre, con nosotros, y eso jamás nos lo arrebatarás.
Gracias infinitas, madre, porque todo lo que he sido, soy o seré te lo debo a ti.
Te quiero en pasado, en presente y sobre todo en futuro.
Por Álvaro, hijo de María del Pilar.
Volver a inicio