María Paz Táppero Ibáñez / Funcionaria
25/07/1936, ZaragozaMadrid, 27/03/2020
Naciste en tu querida Cetina una semana después de que empezara nuestra guerra incivil y por eso te pusieron de nombre Paz, y te has ido en paz en medio de otra no menos cruel. Apenas conociste a tu madre, víctima de la sombría posguerra madrileña, y eso te marcaría para toda la vida. Luego vinieron los años más felices, los de los Institutos, tu recordado Isabel la Católica, y el Español de Emigración, desde donde ayudaste a que los miles y miles de españoles que se tuvieron que marchar no se sintiesen desamparados.
Formaste parte de esa generación de mujeres, la mayoría solteras, injustamente olvidada que a partir de los años 50 ayudó a levantar un país maltrecho, en la administración, en oficias, en laboratorios… Casi cuarenta años dedicados en cuerpo y alma a un Estado que ahora ha sido incapaz de protegerte.
Desde hacía unos años habías perdido la memoria y tuviste que ingresar en una residencia donde parecías feliz a tu manera, aunque al final se convirtiera, como para muchos otros, en una trampa mortal. Durante estos años tus hermanas y tus sobrinos éramos tu memoria. Ahora que ya la habrás recuperado te acordarás de todos nosotros y podrás volver a darnos todo el amor y cariño que siempre nos has tenido.
Nunca serás un número más de una cruel estadística matutina, serás por siempre y para siempre la tía Paz.
Por Bernardo, sobrino de Paz.
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