Cantabria cuenta con nada menos que 220 kilómetros de litoral repletos de impresionantes playas, senderos y bonitos pueblos costeros. Pero si hay algo que no deberías perderte, tampoco en otoño e invierno, son sus maravillosas villas marineras. Y es que, en Cantabria podrás encontrar algunos de los pueblos costeros más bonitos de España.
Lugares en los que poder disfrutar de su belleza, su patrimonio y por supuesto también de su deliciosa gastronomía. Este es el caso de una de las villas marineras más pintorescas y que merece una visita en Cantabria. Podrás encontrarla a menos de 50 kilómetros de Santander. No te la pierdas.
El pueblo marinero más pintoresco y bonito de Cantabria
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El pueblo pintoresco al que en esta ocasión te trasladamos, lo encontrarás en una increíble ubicación entre la ría de Santoña y la ría de Treto. De ahí que no sea difícil imaginar que se trate de uno de los pueblos turísticos claves de la zona cántabra.
Una villa con pasado marinero, en la que destaca su precioso casco antiguo por el que te invitamos a perderte y que es conocido como Puebla Vieja y el Arrabal. Unas calles capaces de hacerte viajar directamente al pasado y que han sido nombradas Conjunto Histórico-Artístico.
Un pueblo marinero que por supuesto, también cuenta con su puerto deportivo y su puerto pesquero, otra de las visitas imprescindibles, junto con sus dos playas. Pero en él, tampoco podrás perderte su gastronomía marinera, con su tradicional arroz con bogavante, jibiones en su tinta o su tapeo por Ruamayor. Si aún no lo has adivinado, te adelantamos que se trata del pueblo costero de Laredo.
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Qué ver y hacer en Laredo
Explorar Laredo es como sumergirse en una joya del oriente de Cantabria, a un paso de Santander. Este rincón encantador, abrazado por una bahía de ensueño en el Cantábrico, fusiona la tradición de una villa marinera con la frescura de una pequeña ciudad moderna.
Te recomendamos empezar la visita por "Puebla Vieja". Su centro histórico, es como hacer un viaje al pasado, con calles y rincones que te transportan a la Edad Medieval. En 1970, fue declarada conjunto histórico, y aún conserva pedazos de murallas y antiguas puertas que contemplan siglos de historia. Pasear por este laberinto entre la iglesia de la Asunción y el arroyo Bario te conducirá a otro siglo.
Tampoco deberías perderte el torreón cerca del convento de San Francisco o sus dos playas: La Salvé, con sus más de cuatro kilómetros de arena, es un paraíso que se conecta mágicamente con la playa de Regatón, formando el arenal más extenso de Cantabria. Cualquier época del año es perfecta para recorrerlas.
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El patrimonio de Laredo no se queda atrás. La iglesia de San Martín, las casas-torre del siglo XV y las residencias señoriales de la Edad Moderna son otra de esas paradas que no deberías olvidarte de hacer en Laredo.
Otro dato interesante a destacar sobre Laredo es que la casa-torre del Condestable fue hogar de Isabel la Católica y Carlos V en sus visitas a la Villa.
Cómo llegar a Laredo desde Santander
Si decides viajar en coche desde Santander a Laredo, tendrás que recorrer tan solo 45,7 km. Poco más de media hora de viaje, aunque también podrás elegir la opción de viajar en bus. Un trayecto que en función de si es con o sin paradas podrá llevarte poco más de una hora.
Dónde y qué comer en Laredo
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La cocina de Laredo es como una sinfonía de sabores que te transporta a un mundo culinario excepcional. Desde anchoas en aceite hasta una suculenta marmita de bonito, pasando por el irresistible arroz con bogavante y los jibiones en su tinta. Tampoco podemos olvidarnos de la parrillada de marisco que hace que los amantes del mar se chupen los dedos.
Pero las opciones no terminan ahí. Y es que, tampoco faltan las ensaladas y cremas, sin olvidar el clásico y reconfortante cocido montañés. Para los amantes de la carne roja, las combinaciones son perfectas, culminando con una deliciosa tabla de quesos.
Pero la experiencia gastronómica en Laredo no se limita solo a platos principales y tradicionales. Este lugar es también el paraíso para los amantes de 'tapear' y disfrutar de un buen aperitivo. Desde la Puebla Vieja hasta el Puntal, y no te puedes perder El Arrabal, donde la oferta hostelera te invita a sumergirte en la saludable tradición del vermut.