Joven y adinerada, Santa Inés fue pretendida por muchos nobles romanos. Su compromiso -consideraba- estaba con Dios, por lo que todas las propuestas eran denegadas. Incluida la del hijo del prefecto de Roma. Este, la denunció por ser cristiana.
Fue juzgada y sentenciada a vivir en un prostíbulo. A diario fue expuesta desnuda, pero ningún hombre pudo robarle la virginidad. Sus cabellos crecían de tal manera que tapaban todo su cuerpo. El único hombre que se atrevió a acercarse a ella quedó ciego, aunque Inés lo curó a través de sus plegarias.
Condenada a muerte, el verdugo que debía llevar a cabo a ejecución intentó en última instancia que Inés renegase de su fe. A lo que ella contestó: "Injuria sería para mi Esposo que yo pretendiera agradar a otro. Me entregaré solo a aquél que primero me eligió. ¿Qué esperas, verdugo? Perezca este cuerpo que puede ser amado por ojos que detesto".
Santa Inés es venerada por su condición de virgen y mártir. Este lunes, 21 de enero, otros santos también son conmemorados:
- San Epifanio
- San Juan Yi Yun-il
- San Meinrado
- San Patroclo
- San Publio
- San Zacarías, el Angélico