Poco se sabe de la vida de San Valero, patrón de Zaragoza. Se cuenta sobre él que era un hombre tartamudo y de pocas palabras. Este santo fue nombrado obispo de Zaragoza en el año 290. Participó en el Concilio de Elvira (primer Concilio Español), celebrado en el año 306, en el que se asentaron las bases de la Iglesia en España. Fue maestro de Vicente mártir, quien fue su diácono.
Eran tiempos de persecuciones romanas, de Diocleciano y Maximiano, en los que la vida de los cristianos corría peligro. Por ello, Tanto Valero como Vicente fueron apresados y trasladados entre cadenas a la ciudad del Turia, donde fueron juzgados. La tartamudez de Valero llevó a Vicente a tomar la palabra en su defensa. Objeto de la represalia romana, fue condenado a muerte (y por ello, nombrado mártir). Valero, por su longevidad, condenado al exilio.
Pasó sus últimos días exiliado en Anet, actual Francia. Su recuerdo cayó en el olvido hasta el año 1065, en el que el obispo de Roda encontró su cuerpo y lo trasladó a Zaragoza. Valero recibe el título de confesor, ya que nunca dejó de reconocer su fe, incluso antes de fallecer.
Además de San Valero, otros santos son recordados este 29 de enero:
- San Pedro Nolasco
- San Afraates
- San Constancio, obispo
- San Gildas, el Sabio
- San Juventino
- San Papías, soldado
- Santo Mauro
- San Sarbelio, presbítero
- San Serrano o Serano
- San Sulpicio Severo
- San Valerio Obispo de Tréveris