Martina es venerada por la Iglesia católica desde el año 1634, cuando el Papa Antero descubrió su cuerpo enterrado en la antigua Iglesia del Foro Romano. Pasaron 1400 años hasta que su martirio fue reconocido, ya que esta mujer vivió en la primera mitad del siglo III.
Procedente de una familia de tradición cristiana, era conocida por repartir sus bienes entre los más necesitados. Fue detenida por profesar abiertamente su fe. A partir de ahí, su desenlace varía según la fuente a la que se consulte. Algunas historias hablan de que fue llevada ante las estatuas de Apolo y Diana y que, al no renegar de la fe, Dios las derribó; otras cuentan que arrojada a los leones, los cuales no la atacaron. En todas acabó decapitada.
Sobre esta santa flota la controversia. Algunos autores consideran que es poco probable que fuese detenida durante los años en los que vivió, ya que el emperador Severo (222-235) se mostraba abierto a otras religiones e incluso llegó a considerar a Cristo como una divinidad más.
Santa Martina no es la única santa que se celebra en este 30 de enero:
- San Adelelmo de Burgos
- Santa Aldegunda de Maubeuge
- San Armentario de Pavía
- San Barsimeo de Edessa
- Santa Batilde de Chelle
- San David Galván
- Santa Jacinta Mariscotti
- San Matías de Jerusalén
- San Muciano María Viaux
- San Pablo Ho Hyob
- San Teófilo, el Joven, mártir
- Santo Tomás Khuong