Juan de Dios es un nombre de origen hebreo, que significa 'Dios se ha apiadado'. Hoy, 8.324 hombres de toda España celebran su santo gracias a San Juan de Dios, un enfermero portugués fundador de la Orden Hospitalaria que lleva su nombre.
Nacido el 8 de marzo de 1495 en Montemor, Portugal. Antes de los 12 años, se estableció en Toledo, en la casa de Francisco Cid Mayora, al que sirvió como pastor. Con 27, se alistó en las tropas del emperador Carlos I para defender Fuenterrabia de las tropas francesas. También combatió en Viena, en 1532, cuando los turcos de Solimán I sitiaron la ciudad.
Al regresar a la Península, se enteró de la trágica muerte de sus padres. Comienza entonces un periplo que le lleva a África y a conocer al caballero Almeyda y a su familia. Fue contratado por este como sirviente, pero al poco tiempo cayeron gravemente enfermos. Sin recursos, Juan comienza a trabajar en la construcción de la muralla de Ceuta para costear la manutención de la familia. Más tarde, cruzando el Estrecho, se instaló en Granada, donde abrió una librería y entró en contacto con la literatura religiosa y devota.
Al escuchar el sermón de San Juan de Ávila en la Ermita de los Mártires, se convierte al cristianismo, adoptando unos comportamientos propios de un demente, posiblemente avergonzado por su pasado y por sus acciones. Encerrado en Hospital Real, se dedica a curar a enfermos y mendigos. Mediante la reflexión, decide encomendarse a la Virgen de Guadalupe, en Extremadura, y entregarse a todos los pobres, enfermos y desfavorecidos del mundo.
Volvió a Granada con un espíritu renovado. Edificó un hostal en el que acoge a todo tipo de personas. Su fama llegó hasta el obispo de la ciudad, quien le nombró Juan de Dios. Su obra crecía y con ella el número de hostales. Una pulmonía contraída al tirarse a un río para salvar a un joven se llevó por delante al santo. Dejó también un legado de discípulos que continuaron su labor. Beatificado en 1630 y canonizado en 1690, fue nombrado el patrón de los hospitales y de los enfermos. Sus restos descansan en la Basílica del Hospital San Juan de Dios.
Este y otros santos son venerados durante el 8 de marzo:
- San Dutaco
- San Esteban de Obazina
- San Félix de Domnoc
- San Humfrido
- San Litifredo
- San Poncio de Cartago
- San Provino de Como
- San Senano
- San Teofilacto
- San Veremundo