Pelayo es un nombre masculino de raíces griegas, que quiere decir 'el que tiene voluntad de escoger'. Actualmente, 4.816 hombres en España reciben este nombre y celebran su santo gracias a San Pelayo, mártir de Córdoba.
Nació en el año 911 en Albeos, una aldea perteneciente al pueblo de Crecente, en Pontevedra. Su tío Hermoigio, obispo de Tuy, fue quien le educó. En el año 920 acompañó a su tío y a la corte del rey de León a Pamplona, que sufría el asedio de Abd al-Rahmán III, califa de Córdoba.
Los cristianos fueron derrotados y apresados. Pelayo permaneció preso, pese a que su tío fue liberado tras tres años de cautiverio. Se dice que el califa le requirió contactos sexuales a cambio de riquezas y honores, siempre que renunciara a su fe cristiana.
"Sí, oh rey, soy cristiano. Lo he sido y lo seré por la gracia de Dios. Todas tus riquezas no valen nada. No pienses que por cosas tan pasajeras voy a renegar de Cristo, que es mi Señor y tuyo aunque no lo quieras", le dijo al califa.
Esto le llevó a ser torturado. Fue martirizado a manos de los musulmanes, que le desmembraron con tenazas de hierro. Fue despedazado y sus restos fueron arrojados al Guadalquivir en el año 925.
Los cristianos de Córdoba recogieron los restos mortales que pudieron y lo enterraron en el cementerio de San Ginés, salvo su cabeza, que se guardó en el cementerio de San Cipriano. A finales del siglo X su cuerpo se trasladó a Oviedo y fue finalmente depositado en el monasterio de las monjas benedictinas de San Pelayo.
Este y otros santos son celebrados durante el 26 de junio:
San Deodato de Nola
San Jose María Escrivá
San Antelmo de Belley
San David de Tesalónica
Santa Perseveranda
San Salvio y compañero
San José Ma Taishun
San José María Robles
San Maxencio de Poitiers
San Superio mártir
San Vigilio de Trento