Marcelino es un nombre masculino de origen latino, cuyo significado es 'relativo al dios Marte'. Pedro, nombre de origen latino, significa 'piedra' y junto a Marcelino fue martirizado.

Estos santos vivieron en la época del Imperio Romano, de hecho, Marcelino era sacerdote en Roma y Pedro exorcista durante el reinado de Diocleciano. Tanto Marcelino como San Pedro, otro mártir, fueron apresados y encerrados por profesar su fe.

De hecho, defendían el cristianismo con tal fervor en la propia prisión, que incluso lograron evangelizar a los cautivos. Por ejemplo, el carcelero Artemio se convirtió en compañía de su mujer y su hija gracias a los protagonistas.

Por esa conducta de fidelidad a Dios, finalmente, tanto San Pedro como San Marcelino fueron condenados a muerte por órdenes del magistrado Severo. Los soldados llevaron a Marcelino y Pedro a un bosque, conocido como la Selva Negra, con el objetivo de que nadie supiese dónde fueron martirizados. No obstante, al final se supo, ya que se cuenta que el propio verdugo se convirtió al cristianismo.

De ahí que las mujeres Lucila y Fermina encontraran los cadáveres de los mártires Pedro y Marcelino y les dieran santa sepultura en las catacumbas de San Tiburcio, sobre la Vía Labicana.

Años después, el emperador Constantino mandó construir una iglesia sobre la tumba de los mártires, pero los cuerpos se trasladarían de un lugar a otro hasta descansar para siempre en el monasterio de Selingestadt, a unos 22 kilómetros de Fráncfort (Alemania).

Este y otros santos son celebrados durante el 2 de junio:

Blandina

Dictino

Domingo Ninh

Erasmo

Eugenio I papa

Guido de Acqui

Juan de Ortega

Nicolás de Trani

Potino