San Asprenato fue el primer obispo de la naciente comunidad cristiana de Nápoles, y vivió entre finales del siglo I y principios del siglo II, época de comienzos de la Iglesia napolitana. Su existencia se puede confirmar gracias a varios antiguos documentos que pertenecen al famoso Calendario Marmóreo de Nápoles. Vivió durante los mandatos de los emperadores Trajano y Adriano y la duración de su episcopado fue de 23 años.
Todo lo que se conoce acerca de su vida nace de leyendas y no se puede confirmar nada con total seguridad. Una de ellas afirma que San Pedro, cuando se fundó la Iglesia de Antioquía, se encaminó hacia Roma con algunos discípulos, y al pasar por Nápoles, encontró una anciana enferma (identificada luego como santa Cándida La Anciana), quien prometió adherirse a la nueva fe si se curaba.
San Asprenato hizo construir el oratorio de Santa María del Principio sobre que surgirá la basílica de Santa Restituta y también se encargó de fundar la iglesia de San Pedro en Aram donde todavía hoy se conserva el altar sobre el que el apóstol celebró el Sacrificio. El santo obispo murió habiendo logrado obrar varios milagros. Su cuerpo fue llevado al oratorio de santa María del Principio, y hoy se cree que las reliquias están en las catacumbas de San Genaro, en cuyos alas superiores están las imágenes, no bien conservadas, de los primeros 14 obispos napolitanos.
Este y otros santos son celebrados durante el 3 de agosto:
San Fabio de Mauritania
San Germán de Auxerre
San Calimero de Milán
Santa Elena de Suecia
San Tertulino de Roma
Beato Everardo Hanse
San Justino de Iacobis
Santos Pedro Doàn Côn Quý y Manuel Phung
Beato Juan Francisco Jarriges
Beato Miguel Ozieblowski
Beata Sidonia Schelingová
Beato Francisco Stryjas
Beato Jaime Buch Canals
Beato Juan Colombini