Tomás es un nombre masculino de origen arameo, cuyo significado es 'gemelo'. Hoy celebran su santo en España 61.593 hombres.
Tomás Becket nació en 1170 en la ciudad de Londres. Hijo de un empleado oficial, fue educado por los monjes del convento de Merton.
Cuando tenía 24 años logro hacerse con un empleo como ayudante del arzobispo de Inglaterra (el de Canterbury). Su jefe se dio cuenta de que Tomás tenía cualidades excepcionales para el trabajo, y de manera paulatina le fue cofiando tareas más complicadas y de mayor relevancia.
Lo ordenó de diácono y lo encargó de la administración de los bienes del arzobispado. Lo envió varias veces a Roma a tratar asuntos de mucha importancia.
Tomás, como un adecuado diplomático, logró que el papa Eugenio III, entablara una amistad con el rey de Inglaterra, Enrique II. Éste, en acción de gracias por tan gran favor, le nombró a los 36 años como canciller o Ministro de Relaciones Exteriores.
Tras la muerte del arzobispo Teobaldo en 1161, el rey Enrique II de inmediato pensó en Santo Tomás como el mejor candidato para ocupar dicho cargo, pero se negó muy cortésmente, argumentando que él no era digno para tan honorable puesto.
Sin embargo, un cardenal de mucha confianza del Sumo pontífice Alejandro III lo convenció de que debía aceptar, y, a pesar de sus reticencias iniciales, finalmente, aceptó. Cuando el rey empezó a insistirle en que aceptara el oficio de arzobispo, Santo Tomás le hizo una profecía o un anuncio que se cumplió a la letra.
Le dijo: "Si acepto ser arzobispo me sucederá que el rey que hasta ahora es mi gran amigo, se convertirá en mi gran enemigo". Enrique no creyó que fuera a suceder así, pero sucedió.
Primero como sacerdote, y más tarde como Arzobispo, siempre pidió a sus ayudantes que le corrigieran con toda valentía cualquier falta que notaran en él. Como él mismo lo había anunciado, los envidiosos empezaron a calumniar al arzobispo en presencia del rey.
Dicen que en uno de sus terribles estallidos de cólera, Enrique II exclamó: "No podrá haber más paz en mi reino mientras viva Becket. ¿Será que no hay nadie que sea capaz de suprimir a este clérigo que me quiere hacer la vida imposible?".
Al oír semejante exclamación de labios del mandatario, cuatro sicarios se fueron donde el santo arzobispo resueltos a darle muerte. Estaba él orando junto al altar cuando llegaron los asesinos. Era el 29 de diciembre de 1170. No opuso resistencia. Murió diciendo: "Muero gustoso por el nombre de Jesús y en defensa de la Iglesia Católica". Tenía apenas 52 años.
El papa Alejandro III lanzó excomunión contra el rey Enrique, el cual profundamente arrepentido hizo penitencia durante dos años, para obtener la reconciliación en 1172.
Este y otros santos son celebrados durante el 29 de diciembre:
Beato Pedro el Venerable