Pablo es un nombre masculino de raíz latina, Paulus. Su origen más probable está en la ilustre Gens Emilia, una de las primeras grandes familias de Roma, que la habitaron por lo menos desde el siglo IV antes de Cristo. Actualmente, 223.789 hombres en España reciben este nombre y celebran hoy la conversión de San Pablo
Según los evangelios, San Pablo fue uno de los 12 apóstoles de Cristo. Su nombre romano era Pablo de Tarso lo que en hebreo se le llama Saulo de Tarso. El "apóstol de los gentiles" es célebre pos sus cartas. Las epístolas de San Pablo (a los corintios, a los gálatas, a los tesalonicenses, etc.) son una lectura habitual en las misas católicas, aunque su figura también es exaltada en el cristianismo ortodoxo, anglicano y algunas de las muchas ramas protestantes.
Las autoridades hebreas habían ordenado a Pablo perseguir a los cristianos de Damasco. Mientras se dirigía a ese destino, un resplandor del cielo le hizo caer del caballo y le dejó ciego. Al tiempo, él y los que cabalgaban a su lado oyeron una voz que decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?". Tras esta fuerte vivencia (Pablo la describe como un abortiva), el santo se encontró en Damasco con Ananías, que le impuso las manos en nombre de Jesús. Este acto milagroso le devuelve el sentido de la vista. Inmediatamente, Pablo se bautizó.
Tradicionalmente se ha considerado este episodio como el que mejor representa el tema espiritual de la conversión, de modo que la expresión camino de Damasco ha pasado a ser sinónimo de "conversión".
Este y otros santos son celebrados durante el 25 de enero:
San Bretanión
San Artemas
San Palemón
San Popón
San Agileo