La menor violada sistemáticamente durante dos años en la localidad abulense de San Bartolomé de Pinares tenía una doble condena. La primera, la de los presuntos abusos a los que era sometida por su padrastro, el hijo de éste y una tercera persona con violencia de por medio. Y la segunda, infligida por su madre, detenida por la Guardia Civil junto a los otros tres imputados. Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, la madre de la menor, que comenzó a ser abusada con 13 años en la casa de verano de la familia, culpabilizaba a la niña de los abusos por “ir provocando” tanto a su pareja sentimental como al hijo de esta.
Según ha podido confirmar este diario, las informaciones sobre los presuntos abusos aparecieron en el curso de otra investigación, abierta en el juzgado número 28 de Madrid y que nada tenía que ver con este tipo de delitos. En el transcurso de esas pesquisas, los agentes encontraron indicios de que una menor podía estar siendo abusada y de que alguno de los investigados era conocedor de los hechos. Fue durante la primera semana de octubre cuando la información de estos hechos fue separada y trasladada al Juzgado de Primera Instancia número 1 de Ávila, que se encargó de confirmar los datos.
Los agentes del Grupo de Personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Ávila fueron los designados para investigar los hechos. Y decidieron abrir entonces la llamada operación Domiciano, que lleva el nombre de un emperador romano que pasó a la historia por agredir a las menores de su entorno familiar. Como principal prueba, los agentes contaban con un vídeo donde se podía ver a tres hombres practicando sexo con la menor afectada.
Ahora, fuentes del Instituto armado confirman que, gracias al régimen de visitas familiares, los abusos se producían en el domicilio del compañero sentimental de esta, con antecedentes policiales por violación y violencia de género, en un hecho ocurrido en la zona de Miraflores de la Sierra (Madrid). Según las mismas fuentes, las violaciones a la menor se repitieron de forma sistemática desde que la joven tenía 13 años, mientras la madre era conocedora de los hechos.
Ahora, la custodia de la menor ha quedado por completo en manos de su padre, que desconocía los hechos, mientras que el juzgado encargado del caso ha dictado una orden de alejamiento para todos los detenidos.