El empresario Bartolomé Cursach ordenó suministrar drogas "hasta que muriera" a un toxicómano empleado en una finca de su propiedad al que había mostrado fotografías pedófilas que le comprometían. 

Así lo revela uno de los testigos en el auto que decreta el ingreso en prisión del 'rey' de la noche mallorquina. Según el relato de este testigo, en dichas imágenes aparecía Cursach con menores, alguno medio desnudo, haciéndoles tocamientos.

Según esta versión, dichas fotos estaban en una finca de Cursach donde trabajaba como guarda el empleado fallecido, amigo del declarante, que le llamó para pedirle dinero, porque era toxicómano y había contraído deudas. Cuando el testigo fue hasta la finca para entregarle el dinero, su amigo le enseñó "una serie de fotografías que había en una caja", y tres de ellas eran de contenido pedófilo.

Las fotos, 'un seguro de vida'

Además, el guarda le aseguró a su amigo que el directivo de Cursach Tolo Sbert le había amenazado en repetidas ocasiones con motivo de dichas fotos, que se negaba a entregar. Según el declarante, las fotos constituían "un auténtico seguro de vida".

Este testigo aseguró haber escuchado "de manera personal y directa" cómo Cursach dio "instrucciones para suministrar la droga", textualmente: "A éste dale medicina" o también "a este enfermo inféctalo".

El guarda de la finca murió a consecuencia de una sobredosis y el testigo sostiene que su amigo murió "a consecuencia de las drogas sospechosamente en el tiempo en que Tolo Sbert le reclamana (al testigo) la entrega de esas fotografías".

El auto recoge la declaración de otro testigo, ex empleado de Cursach en BCM, que indicaba que el empresario "infecta" a sus empleados facilitándoles droga "con la excusa de que les ayudará a aguantar mejor las jornadas de trabajo" y que en BCM "toda la gente que trabaja para él consume droga que les facilita el Grupo Cursach".

En una posterior declaración insistía en que Bartolomé Cursach "movía droga desde hace muchos años" -Sbert sería quien se encargaba de las entregas de droga del año 1995 al 2000-, que tiene a sueldo a diversos "matones" -que se encargaban de "propinar palizas por órdenes de Cursach y Sbert- y que incluso habría estado "involucrado en el asesinato" de otro de sus empleados.

A este empleado también se le encargó el cuidado de una de las fincas de Cursach, y como en el otro caso, apareció muerto por sobredosis, por lo que el testigo sospecha que Cursach "se lo cargó" a consecuencia de un incidente con Sbert.

Además, Sbert y el resto "entregaban en las oficinas de Cursach en el Polígono Can Valero el beneficio obtenido por la venta de sustancias estupefacientes".

VENTA DE DROGAS "DESMEDIDA"

Otro testigo asegura que la venta de "todo tipo de sustancias estupefacientes" en al discoteca BCM en Magaluf es "desmedida" y que los propios relaciones públicas "lo suelen portar entre su ropa" y ofrecen la sustancia junto a las entradas de la discoteca.

Además, indicaba que esto "tiene que ser permitido por las autoridades competentes" ya que es "inconcebible" que "esto suceda de la forma que ocurre" sobre todo en la época veraniega.