Abusa sexualmente de un menor simulando un ritual para quitarle el mal de ojo
- El hombre de origen ecuatoriano aprovechó un momento a solas con el niño para realizar tocamientos y practicar sexo oral.
- El abuso se vio interrumpido cuando la madre del menor llamó a la puerta.
- Un joven de 20 años, detenido en Vigo por pegar a su pareja, embarazada, a la que tenía retenida
Condenado un hombre de 57 años en Murcia a ocho años de prisión por abusar sexualmente de un niño mientras le hacía un ritual para quitarle el mal de ojo.
Mauro F, el sentenciado de origen ecuatoriano, asumió ante el tribunal haber sometido al menor de 12 años y haberle practicado sexo oral. Este reconocimiento sirvió para que Fiscalía y el letrado de la defensa llegasen a un acuerdo, por el que se rebajó su pena desde los trece hasta los ocho años.
Además, según cuenta el diario La Verdad, al abusador se le ha impuesto una medida de libertad vigilada durante diez años y una inhabilitación para trabajar con menores durante cinco años. También, contará con una orden de alejamiento y comunicación sobre el menor desde el momento en el que quede en libertad.
La familia del menor renunció a cualquier indemnización que pudiera corresponderle, ya que "A nosotros no nos interesa el dinero", indicaron.
Los hechos tuvieron lugar en abril de 2017. El menor acudió l domicilio del condenado (tienen lazos familiares) en una pedanía de Abarán, en compañía de su madre, para someterse a un ritual de mal de ojo.
El ritual, según recoge el medio murciano, consistía en pasar por el cuerpo del afectado un huevo de gallina y ramas de romero por el cuerpo de la persona, además de escupir agua de colonia sobre el cuerpo de la persona.
En aquella sesión, el abusador se quedó solo con el niño. Aprovechó ese momento para mostrarle carátulas de películas pornográficas, y comenzó a realizar tocamientos y prácticas sexuales. Se vieron interrumpidas cuando la madre tocó a la puerta de la habitación, cerrada con pestillo.
El niño no confesó en un primero momento nada de lo ocurrido, y fue la madre quien logró arrancar la confesión al acusado en un conversación en privado.