El pequeño Julian Hohnen, de tan solo siete años, es el protagonista de un increíble y milagrosa historia. El menor ha logrado sufrir a un naufragio, una posterior hipotermia, causada por permanecer durante seis horas en el mar, y a un estado de coma inducido.
Los hechos se produjeron cuando el niño acompañaba a su padre, Maike Hohnen, en un viaje de pesca junto a otros amigos de la familia, en la costa de Queensland (Australia). El barco navegaba a unas ocho millas de distancia de tierra cuando se hundió en el agua, que estaba a una temperatura de 21 grados. Aunque no parezca mucho frío, lo cierto es que cuando pasas una larga jornada metido en esas aguas, puede convertirse en una auténtica pesadilla. El cuerpo lucha por retener el calor.
Aunque el grupo logró enviar una señal de socorro, el barco se hundió momentos después. Ninguno de ellos tuvo tiempo de coger un salvavidas, así que se vieron obligados a pasar en el agua más de seis horas. Agarrando escombros, los dos hombres hicieron todo lo posible para mantener a flote al pequeño, hasta que fueron rescatados. Tal y como apunta Informativos Telecinco, el equipo de rescate acudió cuando fue visto desde un petrolero anclado.
Después de ser trasladados en helicóptero, fueron llevados al hospital, donde les diagnosticaron hipotermia. En un intento de salvar la vida de Julian, el niño fue colocado en un coma inducido. "A medida que les sacas del agua, la temperatura del viento también puede disminuir la temperatura corporal", indicó Kristy MacAlister, del Servicio de Ambulancia de Queensland.
La situación parecía que no iba a mejorar, pero el pasado lunes 10 de junio el niño abrió los ojos. Julian estaba de buen humor al despertar. Poco después, comenzó a hablar con su familia."Fueron muy afortunados de haber sido encontrados cuando lo fueron", dijo MacAlister. Actualmente el niño se encuentra en una situación estable, y los dos hombres también parecen estar recuperándose bien.