El 14 de febrero de 2018, el dueño de en un bar de la Avenida Madrid de Benidorm le negó a uno de los clientes la invitación a una consumición. El hombre cogió un cuchillo de quince centímetros de hoja y se lo clavó por la espalda, en la zona cervical y a la altura del cuello. Ahora, la Sección Segunda de la Audiencia ha condenado a siete años y ocho meses de prisión. El procesado deberá indemnizar a la víctima con 2.180 euros, cantidad solicitada por la Fiscalía y por el abogado de la acusación particular, Alejandro Dapena.
El acusado mantenía una buena relación con el dueño del bar y normalmente lograba que le invitase a un chupito. Sin embargo, ese día se negó y el procesado se marchó momentáneamente, ya que el dueño comenzó a cocinar y unos minutos más tarde el procesado usó un cuchillo, que había cogido previamente en el local, y se lo clavó a la altura del cuello.
El procesado se negó a declarar en el juicio pero en el turno de última palabra pidió disculpas a la víctima por lo ocurrido. Además, el tribunal señala en la sentencia que en este caso "concurrió dolo homicida" y que se trata de un delito intentado de asesinato porque es un ataque por la espalda con un cuchillo y sin previa discusión. La víctima estaba desprotegida y el tribunal considera que concurre la alevosía.