Un bebé de un año ha muerto este miércoles atragantado por un cubito de hielo de plástico en la localidad burgalesa de Villarmero, situada en el alfoz de Burgos, según ha confirmado a Europa Press una vecina del municipio.
Los hechos tuvieron lugar en torno a las 19.00 horas, cuando el menor se introdujo en la boca un hielo de plástico que le habían puesto para enfriar una zona en la que se acababa de dar un golpe y se le quedó atorado en la garganta, lo que le impedía respirar. Los padres del niño trataron sin éxito de sacar el hielo de la garganta del niño y pidieron ayuda al alcalde de la localidad, Juan Tomás Santiago, quien realizó un masaje cardíaco al menor hasta que llegaron al lugar los servicios de emergencia.
El personal sanitario desplazado hasta el lugar junto a una ambulancia de soporte vital básico y una UVI móvil logró extraer la pieza de plástico de la garganta del niño y trasladarlo en esta última hasta el Hospital Universitario de Burgos (HUBU). El bebé fallecía una hora después en el Complejo hospitalario a consecuencia del prolongado estado de asfixia, pese a que en un primer momento respondía favorablemente.
A principios de octubre, una menor de 15 años falleció en Jaén tras atragantarse con el bocadillo que estaba comiendo durante el recreo. Cuando la Policía y los Servicios de Emergencias llegaron al centro educativo no pudieron hacer nada por salvar la vida de la joven. La asfixia por atragantamiento es la tercera causa de muerte no natural en España (2.336 casos en 2017), solo superada por el suicidio y las caídas accidentales. Según recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE) la mayoría de los casos (2.112 en 2017) se producen en personas mayores de 65 años.