La Policía Nacional ha desarticulado una peligrosa red de narcotraficantes que operaba en Galicia, Madrid y Alicante en una operación en la que han sido detenidas diez personas con numerosos antecedentes por delitos graves y se han intervenido 1.300 kilos de cocaína, 550.000 euros y diez vehículos de lujo.
La investigación comenzó en junio del pasado año y en ella han participado la Fiscalía de Colombia y la DEA estadounidense. El golpe definitivo se asestó simultáneamente en Marín (Pontevedra) y en Madrid, según ha informado la Policía en un comunicado.
En la localidad gallega cayeron cinco de los sospechosos en el momento en el que entraban en una nave para cargar la cocaína en 25 bolsas negras en el interior de vehículos de alta gama. En Madrid, fueron detenidos los otros cinco cuando transportaban el dinero procedente del intercambio oculto en otro vehículo caleteado.
Los detenidos formaban un grupo "muy consolidado y profesionalizado" que actuaba de forma conjunta desde hace años. Todos eran peligrosos delincuentes, conductores muy experimentados y funcionaban con importantes medidas de seguridad.
Todos de origen español, acumulan numerosos antecedentes (alguno de ellos más de 50), incluso por homicidio, robo con fuerza, blanqueo de capitales, atentado a la autoridad, falsedad documental o contra la seguridad del tráfico.
Coches de alta gama
Poseían vehículos de alta gama, "muy potentes y de gran cilindrada" para escapar de posibles controles o si eran detectados por la Policía. Uno de los coches solía actuar como lanzadera para advertir de la presencia de esos controles.
Su trabajo era recibir y distribuir la droga que entraba desde Colombia. En este caso, según detectaron los investigadores, un envío de una tonelada y media de cocaína.
La Policía detectó que los narcos se reunían en Madrid, donde estaban asentados algunos de ellos, y, tras la reuniones, los otros volvían de madrugada a gran velocidad a Alicante o Galicia. Tras una de esas reuniones, en lugar de regresar, se alojaron en un hotel que eligieron como base de operaciones.
Precisamente en ese hotel se produjo uno de los dos registros realizados por los agentes; el otro se llevó a cabo en un taller de compra-venta de vehículos que les facilitaba los coches de gran cilindrada.
En esos registros, la Policía intervino diversa documentación, veinte teléfonos y diez vehículos de lujo.