Una de las noches más esperadas del año para los sevillanos no se ha podido celebrar por el estado de alarma en el que se encuentra España para frenar el Covid-19. Hablamos de la noche del pescaíto, una velada señalada en el calendario hispalense por marcar el inicio de la Feria de Abril. Sin embargo, los ciudadanos de la capital de Andalucía no se han resignado a dejarla pasar sin pena ni gloria, sino que han festejado desde sus balcones, con música y alguna que otra copa. Pero, no a todo el mundo le ha sentado bien estas fiestas. Es el caso de un hombre, que "harto" de ellas, bajó a la calle con una catana para increpar a sus vecinos desde la calzada.
Los hechos ocurrieron en el barrio sevillano de Los Remedios. Concretamente, en el cruce de las calles Fernando VI y Padre Damián. El hombre armado comenzó a gritarle a sus vecinos y retarles para que bajasen de sus domicilios. "Venga, ten huevos, baja", la espetaba a uno de ellos, después de dar unos golpes con la catana al suelo de la calle para probar que no se trataba de ningún juguete.
Acto seguido, al unísono, varios vecinos empezaron a burlarse del hombre "harto" de las fiestas y empezaron a decirle, en coro: "¡Que suene, que suene, que suene!". Invitaban al hombre a seguir dando golpes a la calzada con el sable. Una mujer, de hecho, le empezó a cantar el estribillo de la canción Vete, de Los Amaya.
En el propio vídeo, grabado por los testigos, se aprecia la voz de una mujer diciendo que iba a llamar a la Policía. Y así fue, ya que el Cuerpo Armado envió una patrulla, con rapidez, al lugar de los hechos. No obstante, cuando los agentes llegaron, el hombre ya se había marchado. Ahora, la Policía busca al hombre que salió armado con una catana.
Pese a este suceso, es cierto que durante la madrugada del sábado al domingo, las fiestas de esta calle no fueron las únicas que se celebraron en Sevilla. Al parecer, los eventos lúdicos se hicieron por todas partes de la ciudad, lo que ocasionó que la centralita de la Policía llegase a desbordarse por el elevado número de llamadas del resto de ciudadanos, quienes denunciaban estas fiestas domiciliarias.