Unos vecinos están sentados en sillas de playa en el Barrio de San José Obrero. Unos toman el fresco en la calle y otros disimulan que lo hacen para ejercer de aguadores por si viene la 'pasma'. En la vía de servicio, unas familias que viven del mercado cargan la ropa en la furgoneta, mientras que por ese mismo carril circulan dos adolescentes en sentido contrario con sus patines eléctricos, espantando a unas gallinas de un solar lleno de basura.
Esta era la 'imagen de postal' que la Policía Nacional se ha encontrado este viernes, al inicio de una redada contra el tráfico de drogas en el Barrio de San José Obrero de Alcantarilla: conocido como la 'ciudad sin ley'. La citada barriada de esta localidad murciana de 42.000 habitantes ha sido tomada por la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), el Grupo Operativo de Respuesta (GOR), la Unidad de Guías Caninos, varios Zetas y agentes de paisano de la Policía Judicial.
El desembarco policial se ha producido a las 19.52 horas de este viernes, cuando varios Zetas han entrado en sentido contrario por la vía de servicio que hay en la gasolinera para cerrar uno de los accesos a la barriada. El despliegue de agentes por tierra ha sido secundado -paralelamente- por un dron policial que ha comenzado a sobrevolar las viviendas para detectar cualquier movimiento sospechoso.
El despliegue de una treintena de agentes ha permitido realizar un rápido embolsamiento de este barrio, en el que las familias que se ganan la vida de forma honrada pagan por aquellas que viven del negocio de la cocaína, el hachís o la marihuana. EL ESPAÑOL ha podido saber por fuentes policiales que la redada tiene su origen en la situación de busca y captura en la que se encuentra 'El Pajillas': un vecino con una requisitoria por tráfico de drogas, cuya madre agredió a un policía nacional.
El viernes pasado, un Zeta que estaba patrullando las calles de Alcantarilla se cruzó con un turismo que realizó una maniobra evasiva al ver el coche de la Policía Nacional. La pareja de agentes se percató de que el vehículo sospechoso se adentró en el Barrio de San José Obrero y uno de los dos ocupantes era un vecino "con una requisitoria pendiente por delitos contra la salud pública", tal y como aseguran fuentes policiales.
"Cuando los agentes llegaron al barrio para identificar a los dos sospechosos, estos comenzaron a gritar que les iban a matar, movilizando a amigos y familiares, entre ellos, la madre del vecino con la requisitoria por drogas". De hecho, la mujer terminó arrestada por agredir a un policía nacional y eso permitió a su hijo -'El Pajillas'- darse a la fuga.
Siete días después, aquel episodio ha desencadenado este operativo porque en la Comisaría de Alcantarilla sospechan que 'El Pajillas' sigue por la zona y hay garitos de droga. "Es una exhibición de músculo".
Prueba de ello es que en el operativo de este viernes del que ha sido testigo EL ESPAÑOL, los agentes no han parado de perimetrar calles y cachear a vecinos sospechosos de dedicarse al menudeo, realizando las mismas preguntas: "¿Puede identificarse?" "¿Porta alguna sustancia estupefaciente o algún arma blanca?"
Pasados cinco minutos de las ocho de la tarde se ha producido el primer arresto: un vecino que tenía pendiente una requisitoria. Tres agentes han introducido en un coche patrulla a un joven, de 28 años, al que le constaba una orden de detención por un supuesto delito de tráfico de drogas.
No se trataba de 'El Pajillas', de modo que el operativo ha proseguido con cacheos y pequeñas incautaciones de sustancias estupefacientes. Entretanto, la Unidad de Guías Caninos, con la perra 'Shiva', como la diosa hindú, se encargaba de ir olisqueando cada uno de los vehículos estacionados en la plaza de la calle Contraparada para ver si portaban algún cargamento sospechoso.
"¡Vamos 'pa' la casa que aquí no pintamos ná!", le gritaba un padre a sus hijas para que aligerasen el paso. Y llevaba razón: la 'fiesta' no iba con ellas.