La puesta en escena de los estafadores para captar a sus víctimas era de película: organizaban eventos en prestigiosos hoteles de España y de otros países europeos, incluso viajes y cruceros. Todo ello con el objetivo de dar la apariencia de una empresa solvente y captar al mayor número posible de inversores. La Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal que se estima que podría haber estafado 1,5 millones de euros, a través de una plataforma marketplace.
El gancho de la estafa era la creación de una marca para una plataforma digital para realizar compras y ventas, a la que se tenía que dotar de credibilidad y prestigio. La filosofía de la mencionada marca de marketplace, incluía compras directas al proveedor, transacciones en euros, inteligencia artificial, monederos de criptodivisas y entregas a domicilio, entre otros servicios.
Los líderes de la trama se ocupaban de presentar el proyecto a otras personas, a las que les ofrecían unirse, a cambio de realizar inversiones que les generarían suculentos beneficios. La investigación se inició cuando uno de los afectados presentó una denuncia en el cuartel que tiene el Instituto Armado en la pedanía murciana de Cabezo de Torres, donde alertaba de que había sido víctima de una estafa junto a más personas a nivel regional y nacional.
Los creadores de la marca de marketplace nunca tuvieron la intención de materializar el proyecto: solo querían lucrarse con el dinero de los inversores. A pesar de ello, la Guardia Civil constató que el principal investigado aparecía en algunos videos promocionales de la compañía, publicitándose como director en España.
La estructura de la estafa era piramidal y seguía el esquema Ponzi: un tipo de fraude que consiste en pagar a los inversionistas existentes, con fondos generados por nuevos inversionistas. De forma que las víctimas consolidadas, sin ser conscientes de ello, pasaban a ser los nuevos captadores de fondos al buscar futuros inversores.
Los estafadores motivaban a las víctimas asegurándoles que la venta de licencias les garantizaba la posibilidad de ir ascendiendo dentro de la organización en una clasificación gemológica: esmeralda, diamante, doble diamante…. De hecho, los estafados tenían su propio perfil donde podían visualizar los beneficios económicos que se habían originado, aunque nunca podían disponer de los mismos porque habían sido desviados a cuentas en Lituania o los habían convertido en criptomonedas.
Además de las inversiones iniciales, los estafados tenían que comprar licencias de la mercantil y posteriormente debían venderlas para poder obtener un beneficio económico. Todo ello provocaba que los estafados solo tuvieran dos opciones para obtener beneficios: vender licencias o hacer inversiones con las que se ofrecían unos intereses que se encontraban por encima de mercado.
Durante la investigación, la Guardia Civil determinó que la organización criminal la componían 31 personas que residían en Murcia (9), Alicante (18), Barcelona (3) y Oviedo (1). Los dos líderes de la trama estaban afincados en San Isidro-Granadilla de Abona: un pueblo de Santa Cruz de Tenerife. De forma que agentes murcianos y tinerfeños se coordinaron para poner en marcha la 'Operación Pyramidi-Scam'.
Se da la circunstancia de que el principal cabecilla de esta trama estafadora, de origen italiano, también estaba siendo investigado por operaciones bancarias sospechosas de blanqueo de capitales, como la recepción de numerosas transferencias con diversos importes y distintos conceptos. Tales operaciones se realizaron a través de una sociedad presuntamente instrumental y sin aparente actividad empresarial en España, ni empleados, ni oficina física, ni gastos de funcionamiento.
Trama transnacional
Toda esta información llevó a la Guardia Civil a realizar un registro en la vivienda del supuesto cabecilla, de nacionalidad italiana, junto con su cónyuge, una mujer cubana, también investigada por formar parte de la trama internacional. Los agentes intervinieron miles de euros en metálico, tarjetas de crédito, ordenadores portátiles, teléfonos móviles, tablets, discos duros y abundante documentación relacionada con la marca de la citada plataforma de marketplace.
Los investigadores consideran que esta estafa piramidal se extendía fuera de las fronteras españolas, como una trama transnacional que abarcaba Italia, Reino Unido, Colombia y República Dominicana, entre otros países, todos ellos con sus respectivos directores de compañía.
La dirección judicial y la coordinación de la 'Operación Pyramidi-Scam' ha sido realizada por el Juzgado de Instrucción número 5 de Murcia. A los 31 detenidos se les atribuye la presunta autoría de los delitos de pertenencia a organización criminal, estafa y blanqueo de capitales. Todos los efectos incautados y las diligencias instruidas han sido puestos a disposición de las autoridades judiciales competentes.