Medicamentos antipsicóticos mezclados con drogas duras. Este es el cóctel molotov que consumen algunos presos del Centro Penitenciario Murcia II, ubicado en Campos del Río, y que esta semana se ha saldado con dos supuestas muertes por sobredosis.
Desde el sindicato Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) tienen claro que este tipo de fallecimientos no son solo fruto de las adicciones de los reclusos, también están relacionados con el déficit de personal que tiene esta prisión: tanto de funcionarios como de titulados sanitarios.
"Mientas no haya más personal para poder hacer revisiones más exhaustivas en las celdas y más médicos que controlen su medicación de forma correcta, este problema no se puede atajar", tal y como denuncian fuentes de TAMPM, en tono crítico con Instituciones Penitenciarias. El "déficit de plantilla" impide atajar un problema entre los presos de la cárcel de Campos del Río: el consumo de tranquilizantes y ansiolíticos con drogas, para evadirse de la dura realidad de estar privado de libertad.
"La mezcla de medicación, ya sea propia o comprada en el patio, con cocaína, heroína o marihuana: es una bomba", según alertan desde Tu Abandono Me Puede Matar. "Se dedican a vender los medicamentos entre ellos, por un valor cinco veces mayor al que tiene en la calle". La lista de fármacos que los presos utilizan para consumirlos junto a sustancias estupefacientes es kilométrica: tranxilium, lorazepam, quetiapina, suboxone, alprazolan, gabapentina...
Esos medicamentos tienen una composición muy fuerte porque se utilizan para frenar la dependencia a los narcóticos, otros para tratar la ansiedad, depresiones o enfermedades mentales, como la esquizofrenia, de modo que al mezclarlos con drogas el resultado puede ser mortal: "A veces sufren infartos". Eso es lo que presuntamente ha ocurrido esta semana con dos reclusos que han fallecido. En ambos casos, según TAMPM, todo apunta a una sobredosis, "a falta de lo que diga la autopsia".
El primer deceso se produjo en el módulo de aislamiento y el segundo, este sábado, en el módulo número tres: se trataba de un recluso, de 29 años, que estaba cumpliendo condena por violencia de género. "En el recuento estaba frío", tal y como detallan fuentes del citado sindicato. "Por la primera entrevista con su compañero de celda, ha debido ser sobredosis".
Salvan a un recluso 'in extremis'
El viernes por la tarde, estuvo a punto de fallecer otro preso por mezclar la medicación con sustancias estupefacientes. Habría sido el tercer muerto de la semana, pero lo salvaron 'in extremis'. "Un funcionario se encontró al recluso súper colocado y agresivo, lo llevó a enfermería y se puso a insultar al médico y a la enfermera: les intentó agredir con la goma de la vía que le pusieron", según lamentan fuentes de TAMPM.
Por suerte, el médico y la enfermera evitaron el fallecimiento de este recluso por sobredosis. Pero desde Tu Abandono Me Puede Matar insisten en que hay que "reforzar la plantilla" para atajar este cóctel mortal de fármacos y drogas en la cárcel de Campos del Río.