La curiosidad de los niños suele ser infinita, pero en esta ocasión no les trajo nada bueno el adentrarse en un garaje abandonado de la calle Procesiones de Alcantarilla, cuya puerta no tenía candado, porque en el interior se encontraron una bolsa de basura y cuando los chiquillos la abrieron se toparon con los huesos de un cadáver humano. "Los críos echaron a correr porque se asustaron y empezaron a llegar coches de la Policía Nacional", tal y como relata Carmen en exclusiva para EL ESPAÑOL, sobre el macabro hallazgo que tuvo lugar este miércoles, a las tres de la tarde.
"La calle fue cortada por cinco agentes y dos coches patrulla de la Policía Nacional", según precisa Carmen. Tampoco hacía falta un mayor despliegue para cerrar a cal y canto esta vía estrecha, anexa a la calle Mayor de Alcantarilla: la arteria principal de esta localidad murciana de 42.630 habitantes. "Hace tres o cuatro días tuve que sacar a mi gato de ese garaje, a veces se mete dentro y como la puerta no tiene candado, entré a sacarlo porque no quiero que pille garrapatas y ahí dentro no vi nada".
La casa de Carmen se levanta justo frente al garaje abandonado de la calle Procesiones que ahora está en la diana de una investigación de la Policía Nacional y esta mujer afirma que alguien dejó adrede la bolsa con los restos óseos: "Si hubiese muerto una persona dentro del garaje, habría olido a cadáver en descomposición por toda la calle. Ahí no se olía a nada y unos huesos no aparecen de un día para otro: no sé de dónde habrá salido esa bolsa negra de basura con restos de un cadáver. Esto es muy raro".
Diego Seral, subinspector y portavoz de la Policía Nacional, explica a EL ESPAÑOL que se ha abierto una investigación a raíz del truculento contenido de la bolsa de basura: "No es el cuerpo entero de una persona, son restos óseos sueltos. Podemos confirmar que no se trataría de una persona fallecida recientemente, se han hallado unos huesos que por su estado son bastante antiguos".
Los residentes de la zona no dan crédito a lo sucedido y comentan el asunto con bastante asombro. "Los policías que han venido a las tres y cuarto de la tarde, nos han preguntado de quién era la cochera y si habíamos visto movimiento", según explica Consuelo al periodista, a solo unos metros del garaje de la calle Procesiones de Alcantarilla. "El propietario es un vecino que heredó la cochera y creo que vive en el País Vasco".
Desde hace años estaba en desuso: en su interior solo albergaba un carrito de la compra, unos muebles apilados, junto a unos palés y unas garrafas de combustible. "Ese garaje se utilizaba como una cochera comunitaria que estaba pegada a la antigua imprenta de Rafael y lo alquilaban para estacionar motos y algún coche". El único rastro de vida humana era una pequeña montaña de cartones de vino blanco, los cuales pueden invitar a pensar que algún indigente usara el garaje como alojamiento, pero los residentes de la zona aseguran que ningún sintecho ha pasado la noche ahí.
"El único vagabundo que hemos visto por aquí se mete en la sucursal bancaria abandonada que hay al final de esta calle", aclara Carmen. "Los okupas tampoco han entrado ahí, lo intentaron hacer en las dos casas vacías que hay frente al garaje, pero no lo han conseguido porque las tapiaron y nosotros no les dejamos", añade Consuelo. De modo que los residentes no encuentran explicación a cómo ha aparecido una bolsa de basura negra, con huesos de un ser humano, dentro de un garaje sin actividad. "Eso llevaba veinte años cerrado", insiste Diego, otro vecino.
Lo único que está claro es que era un secreto a voces que el garaje no tenía candado y alguien ha depositado los restos óseos. De modo que la Policía Nacional está realizando pesquisas para averiguar a quién pertenecen esos restos huesos y en qué circunstancias falleció esa persona: por muerte natural o violenta. "Los restos óseos han sido retirados por la forense de guardia al Instituto Anatómico Forense de Murcia para su estudio y análisis", tal y como confirma Diego Seral, subinspector y portavoz de la Jefatura de la Policía Nacional en Murcia.
"Se ha activado el protocolo, inspeccionándose el lugar por parte de la Policía Científica, sin observar ningún indicio de violencia o fuerza". El trabajo forense resultará crucial para obtener algún dato sobre la identidad de la persona a la que pertenecen los restos óseos hallados por unos niños, dentro de una bolsa negra de basura, y las circunstancias en las que falleció.
"Hay una base de datos nacional sobre personas desaparecidas y ahora se extraerán muestras de ADN de esos huesos para cotejarlos y hacer un estudio, buscando algún tipo de coincidencia con la denuncia de algún desaparecido que esté en vigor", según detalla el subinspector Seral.
A las 17.15 de este miércoles se daba por finalizado el aparatoso dispositivo policial que llegó a sumar cinco coches patrulla en la estrecha calle Procesiones. El resultado de la investigación aclarará el mar de dudas que invade a los vecinos de Alcantarilla.