El caso de Jonathan de Jesús, ahora conocido como Lorena Robaina, se convirtió en muy popular en toda España. En el año 2018 violó y asesinó a su primera Vanessa Santana en Fuerteventura. Unos delitos de los que fue declarado culpable y por los que el Tribunal Supremo le impuso una pena de 38 años de cárcel.
Sin embargo, su historia se hizo nacionalmente famosa porque, una vez estando en prisión, comunicó que en realidad se sentía mujer y que quería iniciar su proceso de cambio de sexo. Una cuestión que, a la larga, le traería una serie de beneficios penitenciarios que ahora vuelven a ser noticia.
Tras su decisión, Jonathan de Jesús pasó a ser conocido como Lorena Robaina, su nueva identidad como mujer. Un proceso que se produjo en mitad de su juicio y que lleva varios años generando una enorme polémica. A pesar de estar en una prisión mixta, la de Las Palmas II, en Gran Canaria, ha solicitado su traslado a una cárcel únicamente de mujeres. Una cuestión que ha reabierto un importante debate social.
Un cambio de sexo permite ir a una cárcel de mujeres a un violador
El 9 de julio del año 2021 entró en vigor en las islas Canarias la 'Ley de igualdad social y no discriminación por razón de identidad de género, expresión de género y características sexuales'. Este texto legal fue aprobado por unanimidad en el Parlamento y que se convirtió en una iniciativa pionera a nivel estatal.
Esta nueva ley pretendía buscar que las personas sean tratadas en función de su identidad de género. Por lo tanto, no sería necesario acreditar mediante ningún informe médico, psicológico o de cualquier otra índole, que una persona es una mujer, un hombre o lo que el individuo en cuestión se sintiera.
Dos años después de la aprobación de esta ley, Jonathan de Jesús, ahora conocido como Lorena Robaina, ha reabierto la polémica de su caso. Quiere ser trasladada a una cárcel vinculada con el sexo femenino. Una petición que realizó después de haber solicitado una reducción de su pena por considerarse mujer y después de llevar un tiempo sometiéndose a un proceso voluntario de cambio de sexo y transición.
Jonathan de Jesús tiene una pena de 38 años por violar y matar a su prima Vanessa Santana en Fuerteventura. El pasado 28 de febrero, el director de la prisión de Las Palmas II, en Gran Canaria, firmó una orden interna para que nadie volviera a llamar a este condenado Jonathan y pasara a ser conocido como Lorena. Una cuestión que trajo consigo una serie de beneficios penitenciarios después de autopercibirse como mujer.
Esa orden trajo consigo que Lorena pudiera disfrutar de una celda individual para no compartirla con ningún otro recluso del sexo masculino y el hecho de solo ser cacheada por funcionarias y no por hombres. Lo que no consiguió es que declararse como mujer tuviera incidencia en su sentencia.
La ley indica que el hombre que comete un acto de violencia machista será juzgado con esa identidad de género aunque después decida iniciar su transición. De esta manera, la sentencia recayó sobre Jonathán de Jesús y no sobre Lorena Robaina a pesar de que el cambio se haya producido durante el transcurso del juicio.
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Su caso ha provocado durante meses un enorme debate en Canarias, donde existen dudas sobre cómo aplicar la famosa Ley Trans ante este tipo de circunstancias. El trato que deben recibir los presos y las presas tras su transición es una cuestión que no está del todo clara como demuestra esta situación tan particular. Ahora, Lorena Robaina sigue buscando cumplir su propósito, entrar en una cárcel únicamente de mujeres a pesar de estar condenada por violar y asesinar a otra mujer que, además, era su familiar directo.
Qué dice la ley en este tipo de situaciones
Desde el año 2006, existe una regulación para las personas que deciden transicionar hacia el sexo opuesto en los aspectos carcelarios. Fue ese año cuando se aprobó una ley que permitía cambiar de módulo a aquellas personas que no se identifican con su sexo oficial. En muchos de estos casos, este traslado se realiza sin que sea necesario haber iniciado los trámites ni los primeros pasos para modificar su identidad en el registro.
No obstante, sí existe un requisito en la actualidad y es que es necesario seguir un protocolo que obliga a la superación de una valoración médica y psicológica. A través de esta se obtiene también el reconocimiento de una identidad psicosocial de género.
Sin embargo, hay países como Escocia que se muestran más reacios a este tipo de traslados. El estado británico cuenta con el particular caso de Isla Bryson, el cual provocó la suspensión de todos los traslados de los presos trans a cárceles de mujeres a la espera de establecer un estudio a cargo del Servicio Penitenciario Escocés.
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El objetivo de aguantar esta decisión, y que podría tener repercusión en el resto de países europeos y del mundo, es garantizar la seguridad de estas decisiones al introducir a mujeres trans que biológicamente nacieron como hombres en centros penitenciarios femeninos. Casos que siempre generan polémica como sucede con el de Jonathan o Lorena.
En España hay 79 presos transgénero, de los cuales 22 son mujeres trans que están en cárceles femeninas o en módulos de mujeres en prisiones mixtas. El caso de Lorena Robaina fue sacado al calor de los focos por Santiago Abascal hace unos días en su debate electoral contra Yolanda Díaz y Pedro Sánchez. El líder de Vox puso este ejemplo para criticar al presidente del Gobierno por las consecuencias de sus leyes de igualdad de género.