Un espeolólogo francés ha muerto este jueves en una cueva situada en el entorno del Portillo de La Sía, en Soba (Cantabria), según ha confirmado el alcalde del municipio, Julian Fuentecilla, a El Diario Montañés. 

El hombre se encontraba practicando la espeleología en una cavidad que todavía no había sido explorada cuando una montonera de piedras se ha derrumbado sobre su cuerpo. Sus dos acompañantes, franceses también, no pudieron evitarlo. 

Ellos fueron los que, tras el suceso, avisaron a las autoridades y a los servicios de emergencia de la región para intentar rescatar a su compañero, sepultado a 45 minutos de la obertura por la que accedieron a la cueva. Sin embargo, tanto el operativo como Fuentecilla dan por hecho a El Diario Montañés el fatal desenlace del accidente. De todas formas, los servicios trataran de rescatar al hombre y, si procede, certificar oficialmente el fallecimiento. 

Según fuentes del Consistorio, la cueva que exploraban los tres hombres todavía no pertenecía a ninguna ruta de espeleología establecida. Se trataba de una cavidad sin explorar que no tenía ni denominación. 

El equipo de efectivos del 112, conformado por agentes de la Guardia Civil y por operarios de la Cruz Roja han instalado el centro de operaciones en el colegio de la localidad colindante. Un total de 30 efectivos se han movilizado para llevar a cabo un rescate que, de antemano, se sabe que será lento. 

[Fallece uno de los dos espeleólogos que se cayeron dentro de la Cueva de Valporquero]

En total, estiman que pueden transcurrir dos horas hasta llegar a la boca de la cueva, a lo que habrá que añadir los 45 minutos que median entre la entrada y el lugar donde se encuentra el cuerpo. A partir de ahí, tendrán que llevar a cabo la complicada operación de retirar los pedruscos y rescatar al espeleólogo. 

El tiempo corre en contra de los servicios, puesto que, cuando caiga la noche, será más difícil encontrar la entrada. Además, la complicada configuración de la cueva hará necesario echar mano de explosivos para poder acceder al lugar del accidente.