Tienen 23 años, son padres de una criatura de solo 2 añitos y no tuvieron problema alguno en dejarle encerrado dentro del coche, en plena noche del sábado, para irse a disfrutar de un concierto en la zona de ocio de Atalayas en Murcia. A pesar de todo, el juez les ha dejado en libertad como investigados por un delito de abandono, sin adoptar ninguna medida cautelar contra los progenitores. El debate está servido.
La pareja de nacionalidad española estacionó su turismo en el aparcamiento que hay frente al Burger King de Atalayas, según explica una fuente de la Policía Local de Murcia. "Al menor, lo abandonaron dentro del coche en su sillita". A continuación, los dos veinteañeros se fueron a una sala a bailar y cantar al ritmo de un concierto, previsto este sábado por la noche en una sala de la citada zona de ocio: la misma donde se produjo el incendio de las Discotecas Teatre y Fonda Milagros donde murieron 13 personas.
"El crío logró salir del coche y se puso a buscar a su padres", tal y como prosigue detallando la misma fuente de la Policía Local. El reloj marcaba la una y media de la madrugada del domingo, cuando el pequeño de 2 años andaba desorientado, sin saber dónde estaban las personas que lo trajeron al mundo y que deberían cuidarle con el mayor celo posible. "El niño deambulaba por el aparcamiento, unas personas se lo encontraron, le preguntaron dónde estaban sus padres y llamaron a la Policía".
Una pareja de agentes que estaba patrullando por la zona de ocio de Atalayas se acercó y de inmediato contactó con el Servicio de Emergencia Móvil y Atención Social (SEMAS) que atiende situaciones de vulnerabilidad, para identificar al menor de edad y localizar a los progenitores. "Los padres regresaron al aparcamiento a por su coche y se encontraron a la Policía Local, les explicaron a los agentes que habían ido a un concierto en una discoteca". Básicamente, estaban de fiesta, de forma que acabaron esposados: "Les detuvieron por un delito de abandono de un menor".
Una noche en el calabozo
Esta pareja tuvo tiempo de reflexionar, sobre su conducta como padres, en los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional en el Barrio del Carmen. Allí pasaron toda la madrugada del domingo, tras ser trasladados por los agentes de la Policía Local que les sorprendieron regresando a recoger su coche, estacionado en Atalayas, y donde habían dejado abandonado a su propio hijo, para irse de concierto.
Este domingo pasaron a disposición judicial y el juez les dejó en libertad, como investigados por un delito de abandono, sin adoptar ninguna medida cautelar contra esta pareja, de 23 años, debido a dos motivos. El primero: ninguno de ellos tiene antecedentes. Y el segundo: su hijo quedó bajo la custodia de un familiar.
Estos veinteañeros se enfrentan ahora a un doble proceso. De un lado, al judicial, ya que el delito de abandono de un menor está castigado con penas de cárcel de 18 meses a 3 años. Y de otro ladro, al administrativo, ya que una fuente de la Policía Nacional confirma que ha remitido su atestado al Servicio de Protección de Menores del Gobierno de la Región de Murcia, "para que adopte medidas respecto a la tutela y custodia del niño".