Los numerosos y amplios chalets que jalonan el Vergel de San Miguel en Llíria, propician un paisaje de alto standing en esta urbanización, sin embargo, sus vecinos fueron testigos de una brutal agresión más propia de los ajustes de cuentas que a veces se producen entre aquellos que trapichean con ciertas sustancias en zonas marginales de Valencia.
Unos vecinos alertados por los alaridos de dolor de la víctima, tuvieron la valentía de grabarlo todo desde su casa, sin que se percatasen los tres autores de esta paliza en la vía pública y a plena luz del día del viernes, cuando se estaba disputando el partido entre España y Alemania de la Eurocopa. Del audio de esas grabaciones que se han viralizado y que obran en poder de la Guardia Civil, se desprende que esos tres hombres se tomaron la Justicia por su mano, para apalear a una persona, como castigo por haber intentado robar supuestamente en el chalé de uno de ellos.
La agresión comienza cuando un hombre descalzo, en bermudas, sin camiseta y luciendo tatuajes, intercepta a otro por la calle, para acto seguido detener al conductor de un Volkswagen, de color azul: "Dani, ahí en tu casa, en tu casa". "Dani, llevaba un cuchillo en la mano. Llama a la Policía". Pero el tal Dani se baja del citado turismo y sin mediar palabra, le pega directamente dos patadas en la cara al chico que ha sido reducido, antes de pisarle la cabeza, mientras la escena es contemplada por cuatro hombres que montan a caballo y que no se inmutan ante semejante violencia.
La secuencia es más propia del Far West que de Llíria: una localidad del área metropolitana de Valencia, con cerca de 25.000 habitantes. "Primo no me voy, que no me voy", repite insistentemente la víctima, para tratar de rebajar los ánimos porque están muy caldeados. Sin embargo, esas palabras no evitan que el agresor descamisado también le pegue un golpe en la boca del estómago, al tiempo que le agarra de la cabellera y le espeta con agresividad: "¿Qué?" "¿Ahora qué pasa?"
Y lo que pasa es que llega otro turismo, un Renault, del que se baja acalorado su conductor y el agresor descamisado le pone en contexto, aclarándole el motivo por el que hay un hombre tirado en la acera al que están apaleando: "Robándome le he pillado. Estaba robándome". Conductor del Renault: "Sí, perra. ¿Estabas robando? ¡Maricón! ¿Robando? ¡Maricón!" Pregunta y clama, una y otra vez, propinándole patadas y pisándole la cabeza al supuesto ladrón sin mostrar piedad.
La paliza continúa porque el agresor descamisado ata con una correa a la víctima, y se la lleva caminando hacia otro punto de la urbanización, para no seguir apaleándola en plena vía pública, con el objetivo de evitar testigos. Pero el conductor del Renault le sigue dando puñetazos, como un púgil de boxeo, y comienza un interrogatorio a gritos, para averiguar si el presunto ladrón trató de perpetrar el robo con la ayuda de algún compinche: "¿Con quién ibas?" "¡Eh!" "¿Con quién ibas?"
La víctima cae desplomada a la carretera después de recibir uno de los ganchos en el rostro y confiesa entre balbuceos algo así: "Iba con 'El Burgo Paterna'. No le conoces". Ni siquiera en ese momento, se calma la ira de los tres agresores porque el que va descamisado y lo tiene amarrado por un brazo, con la correa, le exige que se ponga en pie mientras le vuelve a pegar: "Levántate 'perrito'. Levántate. ¿Me vas a faltar al respeto? ¡Maricón!"
- Agresor del Renault: No lo mates.
La Policía Local de Llíria tuvo que intervenir para liberar al supuesto ladrón al que trasladaron a un centro sanitario, para ser atendido, debido a las lesiones que presentaba y a que llevaba el rostro ensangrentado. A pesar de la gravedad de la paliza, la víctima no ha presentado ninguna denuncia contra el trío de agresores y los autores del apaleamiento tampoco han denunciado haber sufrido un robo en sus respectivas viviendas.
Alarma vecinal
La Urbanización Vergel de San Miguel aglutina el 20% de la población censada en Llíria, una localidad valenciana que cuenta con unos 11.500 chalés, de modo que estos hechos han provocado una gran alarma social entre los vecinos. "Uno de los tres agresores es conocido en la urbanización por asuntos turbios", según apunta un político local. "Los residentes de la zona dicen que eso de que le pegaron porque le pillaron robando en una casa es mentira: en realidad era un ajuste de cuentas".
Una fuente de la Guardia Civil confirma las sospechas vecinales: "Ni la víctima ni los agresores se han cruzado denuncias, así que los tiros podrían ir por un posible vuelco de droga que se vio frustrado". De momento, la citada fuente del Instituto Armado recalca que "están investigados los tres autores de la paliza, a raíz de la viralización de los dos vídeos que tomó un vecino de la urbanización".
En el residencial aseguran que uno de los tres protagonistas de este violento episodio es un exboxeador profesional, pero la Guardia Civil no ha aclarado ese extremo. A pesar de la contundencia de las imágenes, desde el Instituto Armado advierten de que este apaleamiento puede quedar en nada al no haber una denuncia de la víctima: "Los juzgados de Llíria tendrán la última palabra para decidir si se abren diligencias por un delito de lesiones contra los hombres que aparecen en los vídeos".