Murcia

Alberto confiesa que vive con miedo desde el pasado jueves 18 de julio: "Temo por mi vida y por la de mi hijo". No es para menos, aquel día, este pescador fue apaleado brutalmante en la Plaza del Doctor Calero de Águilas, a manos de tres hombres con los que había discutido antes, y que le llegaron a cortar un dedo de la mano izquierda. "Me pillaron los tres por la espalda, con bates de béisbol y un hacha", según relata Alberto.

"Me cortaron la yema de un dedo y los médicos me tuvieron que hacer un injerto". De hecho, Alberto aporta a EL ESPAÑOL varias imágenes que demuestran el alcance de la salvaje agresión que sufrió, con puntos en el dedo anular de la mano izquierda, así como graves cortes en el dedo corazón; moratones por todo el cuerpo, y ocho grapas en la cabeza.

"Estoy hecho polvo: no puedo moverme", tal y como resume sobre su parte médico. "Me dieron una paliza". "Iban con un hacha y me cortaron un dedo". "Estoy vivo de milagro porque Dios lo ha querido". Este diario ha accedido en exclusiva el atestado por un delito de lesiones graves que la Guardia Civil ha entregado a los juzgados de Lorca y donde este pescador en paro, de 49 años, expone su versión sobre lo sucedido aquel 18 de julio en Águilas.

El relato de la víctima, transcrito por la Benemérita arranca a las 20 horas, en la playa de la Colonia de esta localidad del litoral murciano: "Estaba sentado en un banco de la zona de La Colonia de Águilas. En ese momento, se me acercaron 3 personas, tratándose de Gonzalo, Luis Alfredo y Rafael, los cuales me pidieron tabaco. Al tener únicamente dos cigarrillos, les dije a esas personas que no les podía dar porque solo me quedaban dos cigarros. Al decir eso, estas personas se fueron maldiciéndome".

Una vista aérea de la playa de la Colonia de Águilas donde Alberto se encontró con sus presuntos agresores. Consejería de Turismo

Después de ese encontronazo, sobre las 21.30 horas del jueves, Alberto explica a los agentes que se marchó a la Plaza del Doctor Calero -conocida popularmente entre los vecinos como el Parque Blanco-: "Decidí irme de La Colonia al Parque Blanco. Me senté en un banco y de manera sorpresiva, y por la espalda, se me acercaron estas tres personas citadas anteriormente, portando dos de ellos un bate de béisbol y el tercero un hacha".

Tanto Gonzalo como Luis Alfredo y Rafael llegaron -supuestamente- con pocas ganas de hablar con Alberto: "Estas tres personas empezaron a agredirme, dándome multitud de golpes con los bates de béisbol. Una de estas personas me golpeó con el hacha en la cabeza, momento en el que al intentar protegerme de este golpe, recibí un corte en la mano izquierda". Este pescador en paro logró zafarse y salió corriendo hasta un comercio regentado por unos chinos. Allí pudo ponerse a salvo.

"Viendo la tesitura de la situación, intenté escapar corriendo, escondiéndome en un bazar chino que había enfrente del Parque Blanco. En ese bazar permanecí unos diez minutos. Una vez recuperé el aliento, decidí marcharme a mi domicilio porque estas tres personas se habían ido. Mi hijo me preguntó que me había ocurrido. Le conté lo sucedido y acto seguido, mi hijo llamó al 112. Al ver el tiempo de espera para que llegasen los Servicios de Emergencias, mi hijo decidió llevarme al Centro de Salud Águilas Norte".

En ese centro se personaron agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local que se entrevistaron con Alberto, justo antes de que le derivasen al Hospital Rafael Méndez de Lorca por la gravedad de sus lesiones: "Varón de 49 años que acude al Servicio de Urgencias, derivado por el 061, por policontusiones y amputación de cuarto dedo de la mano izquierda, según refiere, tras agresión con un palo de béisbol y un hacha, por varias personas […]. Refiere contusión craneal a nivel occipital, presentando pérdida de conocimiento de unos segundos de duración […]".

Pasada una semana, Alberto (1975) todavía acude regularmente al centro de salud para que le sigan curando sus heridas. "Me dieron porrazos por todos los sitios", insiste en una entrevista con EL ESPAÑOL. "El primer porrazo me lo pegaron en el hombro porque no puedo moverlo y ya se engancharon conmigo. Hui hasta la tienda de un chino y caí desmayado. De no haber escapado, hoy estaría enterrado". 

Dos de las imágenes aportadas por Alberto para demostrar la gravedad de las lesiones que ha sufrido. Cedidas

Tanto Gonzalo (2002), como Luis Alfredo (2000) y Rafael (2001) se acogieron a su derecho a no declarar en el cuartel de la Guardia Civil después de ser arrestados. Los tres veinteañeros, conocidos en el Barrio de 'La Ciudad Sin Ley' de Águilas, están pendientes de ser interrogados en los juzgados de Lorca, por un delito de lesiones graves, bajo la representación legal del abogado Eduardo Muñoz Simó. 

La instrucción judicial abierta deberá esclarecer el motivo de la paliza que recibió Alberto, ya que resulta extraño que alguien la emprenda a golpes con un bate de béisbol y un hacha porque le nieguen un pitillo, tal y como recoge el atestado de la Guardia Civil. Prueba de ello es que la víctima afirma a este diario que hay algo más tras agresión: "Mi hijo me dijo que tuvo 'unas palabras' con uno de ellos o con los tres".

- ¿Por qué tuvo su hijo esas palabras con los ahora investigados?

- Alberto: Tuvieron una discusión hace 3 o 4 meses. Mi hijo me contó que le querían pegar o quitarle algo. Un amigo de mi hijo habló con esa gente y la cosa se calmó. Como no han podido pegarle a mi hijo, me han pillado a mí. Ellos dicen que yo les saqué una navaja, pero si vienen tres personas a por mí, yo también tengo que defender,e. 

Iban con la picardía de pegarme cuando me pidieron tabaco, pero no me dieron porque había gente en el paseo marítimo de La Colonia. Esta gente quería hacerme daño porque no se lo pudieron hacer a mi hijo.

El penalista Eduardo Muñoz Simó, encargado de la defensa de los tres investigados, sostiene que la víctima "falta a la verdad" en su denuncia ante la Guardia Civil. El letrado del bufete Simó Abogados Penalistas, con despachos en Madrid, Murcia y Águilas, avanza parte de lo que declararán sus clientes en el juzgado: "Ellos aseguran que Alberto fue el primero en amenazarles, con un arma blanca, y se tuvieron que defender".

Eduardo Muñoz Simó, abogado del despacho Simó Abogados Penalistas, se encarga de la defensa de los tres investigados.

- ¿Cuál es la versión de los hechos que le han ofrecido sus clientes: Gonzalo, Luis Alfredo y Rafael?

-  Eduardo Muñoz Simó:  El origen de todo es una desavenencia entre el hijo de Alberto y uno de mis clientes. Tuvieron un problema y Alberto les amenazó con una navaja. Luego los persiguió hasta el Barrio de 'La Ciudad sin Ley' y allí se produjo un forcejeo en el que se vieron implicadas más personas. Cuando mis representados declaren en sede judicial, vamos a presentar una denuncia por amenazas y lesiones contra Alberto. Tenemos un vídeo que así lo demuestra y lo vamos a aportar.

Tanto la víctima como los supuestos agresores cuentan con antecedentes, según fuentes de las Fuerzas de Seguridad. De modo que todo apunta a que la batalla campal que se vivió en la calle aquel 18 de julio, continuará en los juzgados porque Alberto no piensa dar su brazo a torcer.

Orden de protección

"Voy a mover cielo y tierra para que condenen a los tres, para que me paguen daños y perjuicios porque no sé si podré volver a trabajar", según denuncia este pescador, con "24 años de experiencia" faenando, hasta que hace unos meses perdió su trabajo en un barco de Cartagena con el que salía a pescar gambas y pescadilla. "Necesito mis manos para manejar las redes y me han cortado dos dedos". "El mar es mi vida". 

En su declaración ante la Guardia Civil, Alberto reclama que la autoridad judicial establezca una orden de protección tanto para él como para sus cinco hijos, una vez que comparezcan en los juzgados de Lorca los tres investigados: Gonzalo, Luis Alfredo y Rafael. "Yo estoy desquiciado, de verdad. Tengo miedo a salir a la calle y no hay derecho a esto. No duermo por las noches y tengo pesadillas porque han ido a matarme. No veo razonable que el juez les haya dejado en libertad".