Crítica y resentimiento
Casi nunca hay elogios suficientes para satisfacer la vanidad de un escritor susceptible o inseguro, que tomará por lo contrario todo lo que no sea un apasionado ditirambo.
Casi nunca hay elogios suficientes para satisfacer la vanidad de un escritor susceptible o inseguro, que tomará por lo contrario todo lo que no sea un apasionado ditirambo.