Hay costumbres que no necesitan sumar dígitos en su DNI para convertirse en tradiciones. Es lo que sucede año tras año en el Real Club de Golf de La Herrería, a la sombra del majestuoso Monasterio de El Escorial. Allí, ya convertido en tradición, se citaron por cuarto año consecutivo los toreros y los ganaderos para un torneo de golf que encontró en la Infanta Elena a su gran protagonista.
La mayor de los hijos de los Reyes Eméritos recibió el Premio Víctor Barrio por su apoyo a la tauromaquía y todas las atenciones de un colectivo siempre vinculado a la Casa Real. De hecho, su discurso al recibir el premio en memoria del torero fallecido en Teruel el pasado mes de julio de 2016, fue tremendamente aplaudido, pues la Infanta ha sido uno de los rostros conocidos más implicados tras la muerte del diestro segoviano: "Se sufre en abundancia, se llora en abundancia. Las batallas son duras y algunas se pierden, pero al final el amor y el cariño es lo que sobresale de toda esta experiencia".
En lo puramente deportivo, el torneo volvió a reunir a una nutrida de representación de primeros espadas y la cabecera de l a cabaña brava. No fallaron Morante de la Puebla, Enrique Ponce, Roca Rey, Manuel Escribano, Sebastián Palomo, Pepín Liria, Manuel Caballero, Javier Valverde, Eduardo Dávila Miura, Óscar Higares, José Ramón García Olivares “Chechu”, Pepe Moral, etc. fueron algunos de los diestros participantes. Mientras que por parte de los ganaderos encontramos a Juan Pablo Corona, Juan Pedro Domecq, Pedro y Sergio Trapote, Iván Bohorquez, Silvia Camacho...
Los toreros se impusieron en la competición por equipos; Manuel Villalazo se hizo con el torneo handicap individual y Enrique Rodríguez Gutiérrez con el trofeo scratch. Sin embargo, lo fundamental fue el carácter solidario que año tras año conserva el torneo y que en 2017 sumó 2.000€ que se destinaron a la Fundación Aladina y su lucha contra el cáncer infantil.