“Ya me llamará”, decía José Tomás este verano. Se refería a torear, a volver del retiro donde pasaba los meses más agitados de la temporada taurina europea en Aguascalientes con la familia, la localidad mexicana donde estuvo a punto de perder la vida corneado por Navegante, toro al que, junto con Vargas Llosa, le dedicó un libro (Diálogo con Navegante, Espasa). Y le ha llamado.
Según pudo saber este diario ni tentaba ni entrenaba. A las pocas semanas se le pudo ver en fincas españolas haciendo exactamente eso. No hay misterio sin esquinazo, sin pistas falsas. En septiembre estuvo en Cuvillo, subió un tuitero una fotografía de él vestido de corto junto al picador del lugar el día 11, y después ha tentado en octubre, al menos una vez más, en la ganadería Los Rodeos de Andújar. Parece ser que se le ha visto también en la dehesa salmantina.
El ganadero jienense habló con Diario de Jaén e incluso hizo una foto del matador toreando en la plaza de tientas que cedió al periódico local, hecho considerado pecado hasta ahora en el entorno de José Tomás. “Vas a hacer que se enfade conmigo”, reconocía el propietario al periodista. No se sabe qué consecuencias habrá tenido la fuga de información. A lo mejor el matador de Galapagar ha rebajado la presión que ejercía sobre la comunicación al exterior para dar cuerpo a la llama de misterio que puede extinguirse. Después de tanto tiempo no hay nada revolucionario en una actitud ya amortizada por los públicos, acostumbrados a su ausencia.
Además de la foto publicada en Jaén, existen algunos vídeos suyos matando toros a puerta cerrada en la plaza de Valdemorillo vestido de luces, en el proceso de recuperación de la cornada de Aguas, que algunos aficionados han visto como si quedaran para coger una cunda.
'Por México'
Las piedrecitas de los tentaderos tenían un objetivo: la última reaparición, esta vez en la México. José Tomás siempre reaparece. El próximo martes, día de la Virgen de Guadalupe, hará otra vez el paseíllo en la Monumental de México, la plaza de toros con más capacidad del mundo. Caben 41.262 personas. No se televisa.
Los nuevos empresarios han podido juntar en una misma tarde a Juli, Manzanares, Pablo Hermoso de Mendoza, Joselito y Luis David Adame, El Payo y Sergio Flores, además del silencioso matador, para torear por los damnificados por el terremoto que sacudió el país. El lema de esta corrida monstruo es ‘Por México’ y la recaudación y los honorarios se destinarán a la reconstrucción.
Como ocurrió con el festival homenaje a Víctor Barrio, hubo polémica en torno a la presencia de Enrique Ponce en el cartel. El de Chiva ha decidido ir por su cuenta, e igual que hizo en Teruel un año después de la desgracia, ha donado de forma particular el caché de su actuación del pasado domingo 4 de diciembre en el DF.
Ambos matadores, admirados en el país azteca, son incapaces de torear juntos incluso en las situaciones más delicadas, aislados el uno del otro en la burbuja de sus partidarios, en afrentas históricas y en la leyenda de dos conceptos, supuestamente, irreconciliables. La culpa la tienen los delmorales de las dos orillas. La contienda, de otra época, mantiene la tensión en una época en la que apenas queda arrebato en las plazas. La tozudez ha dejado al aficionado sin un encontronazo Ponce-JT en la madurez de ambos matadores. Imperdonable.
José Tomás 'es' mexicano
José Tomás tomó la alternativa en México, donde se hizo torero en la década de los 90. Viajó hasta allí con Corbacho, el apoderado que más le ha influido. Tomó la alternativa en el 95 en la Monumental. La cornada de Autlán de la Grana en el 96 y la de Aguascalientes, 14 años después, encierran el secreto del empadronamiento mexicano de sangre: la derramada y la recibida. Ambas heridas, sobre todo la más reciente, en la que a punto estuvo de perder la vida, han dejado un reguero de bolsas de tranfusión vacías en las enfermerías.
Allí está a gusto. Reconoce que se siente mexicano, tiene casa en Aguascalientes, donde pasó su último cumpleaños. Su fundación, que lleva a cabo actividades de todo tipo, en colaboración, por ejemplo, con el banco de alimentos, se ha volcado con el país, cediendo equipamiento médico y elaborando programas educativos.
Las últimas tardes en su paraíso han sido irregulares. Volvió a Aguascalientes en 2015. Resucitó bordando el toreo al natural. Un año después, en febrero de 2016, toreó en la México en el aniversario de la inauguración de la plaza. Las crónicas hablan de que se hizo “un poco mortal” y de “decepción”. La tarde no tuvo la rotundidad de siempre y el público, que abarrotaba los tendidos, se enfadó desmenuzando un poco el mito. Aquel día salió a hombros Joselito Adame.
Él, que suma ocho tardes en la capital, ha cruzado el umbral del triunfo dos veces, en 2007 y en 2009. Ahora hay expectación por cómo será recibido después de aquel día, por enfrentarse con las figuras españolas, con las que ya se vio las caras el año pasado en Valladolid y San Sebastián, y por si esta es la primera tarde de una nueva temporada. Más bien una nueva sucesión de tardes.
Todo lo que le rodean son rumores. Lo que se habla es más deseo del que lo dice que realidad. Morante, a través de Manolo Lozano, su nuevo apoderado, ya se ha ofrecido para torear con él, oliendo el rastro de varios blockbusters. El sevillano ha visto pasar el tren y se va a subir cuando ya es tarde. Si nunca se ha llegado a definir, ahora JT es impredecible. Su preparación comenzó antes del terremoto, quizá sí tenga en mente torear muchas o pocas tardes en Europa. O no. Lo mismo, como este año, sólo pueden disfrutar de él en vivo los aficionados mexicanos.