A Las Ventas hay que ir también por las mañanas. En las galerías hay grupos de ancianos buscando rascar algún aperitivo gratis. Lo parecen, pero no son los toreros zombies de Fernando González Viñas, comisario de la muestra que une cómics y toros, expuesta hasta el 27 de mayo en la sala Antonio Bienvenida de la plaza. “Es la primera vez que se toca la unión de ambos mundos. No hay nada publicado sobre el tema. El catálogo ya es un hito. El cómic ha encontrado acomodo en la tauromaquia”, describe el historiador, novelista, traductor y cordobés, que también es un título.
Del ruedo al cómic. Toros y toreros entre Superman y Rompetechos es el nombre de la exposición. Las veintiséis páginas del catálogo resumen la colección de portadas y referencias, un centenar de piezas, y los nombres más populares ocultan un fondo de rarezas muy interesante dividido en tres partes, el cómic español, el cómic extranjero y las ilustraciones infantiles.
Hay una viñeta con un matador saludando al presidente que se parece un poco a Paco Camino –“The man who has stolen my wife’s heart and tasted her sweat”–, Indiana Jones como aquel joven norteamericano prendido de la barriga en la plaza del Ayuntamiento, un torero fantasma –“the haunted horns of death”–, Tarzan colocándose en la jungla delante de un Baltasar Ibán con un lucero –“Tarzan and the spanish tyrant!”-, el ocaso de A las cinco de la tarde dibuja la intimidad del aficionado, desplantándose ante la nada con una chaqueta en la mano –en mi salón también caben 20.000 personas–, el torerillo de Madriz, El Niño de la Palma de Hugo Pratt o la nostalgia de la Monumental de Barcelona, en una ilustración que es pura literatura de Paco Roca.
"Una innovación"
González Viñas ha amasado la exposición durante años. También se pueden ver bocetos originales. “Fui coleccionando ejemplares, tirando del hilo. Iba encontrando toros, detalles. Desde Japón hasta EEUU, Gran Bretaña, Francia, España…”, explica.
Con la cultura tan acotadita en algunos lugares, la unión de cómics y toros alimenta un bucle de intranscendencia. “Los dos mundos se tocan en un punto. Son dos fenómenos de masas de la cultura pop. Muchas veces han sido despreciados por la élite”, y hay que cambiar el tiempo verbal. “Umberto Eco es el primero en dar importancia a los cómics como parte de la cultura popular con el estudio Apocalípticos e integrados, que los sitúa en su verdadero lugar. Era inevitable el encuentro entre ambas expresiones”.
Para la Comunidad, esta muestra es “una innovación”, que contrasta con el resto de propuestas del mes de toros, charlas, libros de fotografías, la típica biografía. “Las salas de exposiciones están acogiendo cómics. Era el momento de traerlos a Las Ventas”.
Antonio Corbacho anda por Las Ventas
¿Qué imagen devuelve de la Fiesta? “Dice que es un mundo atractivo por todo lo que significa. Tiene un atractivo especial que encontramos en los sitios más insospechados. Da las claves de lo que es”, señala el experto.
Al hablar de lugares extraños para la tauromaquia se refiere a “ediciones polacas sobre Belmonte”. “La más sorprendente para mí es la japonesa Est Em, que tiene varios mangas con trasfondo taurino. Hace seis años publicó uno titulado Golondrina. Cuenta la historia de una suicida a la que salva Antonio Corbacho y acaba de novillera”, es fácil ver a un Talavante atormentado, canalizando la desgana por vivir, muriendo un poco cada tarde.
En la producción española está “Ibáñez con Rompetechos, Mortadelo y Filemón, un cómic de Castanys del año 35, la portada de Forges”, dedicada al mundial del 82, “y los clásicos Superman y Tarzán”. “Es una nómina preciosa”, se concede Fernando González Viñas.