La plaza de toros de Las Ventas ha incorporado este verano un mercado gastronómico que acompaña la celebración de las novilladas de promoción. “Nos pusimos en contacto con la consejería de Medio Ambiente de la Comunidad, que organiza una gira de productos madrileños por varias localidades. Queríamos que estuvieran ellos en la plaza los viernes”, explica Víctor Zabala de la Serna.
De lo propuesto por Plaza 1 este año –incluida la corrida de la seis naciones– el mercado de Las Ventas es la mejor opción porque coloca a las novilladas en el mismo plano que el resto de actividades que se desarrollan en Madrid en verano. La competencia es fuerte. “A la gente hay que darle más cosas. Al proyecto lo hemos llamado Cénate Las Ventas, que se descuelga de La despensa de Madrid”, el proyecto de la CAM. El mismo viernes se desmontan los puestos y el sábado están en otro sitio”.
Cénate Las Ventas dura cinco semanas, igual que el certamen de novilladas. “Una cosa va a unida a la otra. No descuidamos la parte de promoción de novilleros. Quien gane el certamen tiene un puesto en la Feria de Otoño”. El objetivo es “atraer a nuevos públicos” y tener una percha para vender las novilladas, “que no interesan nada a los medios generalistas y poco a los especializados". Al menos hemos logrado romper la barrera de la comunicación puramente taurina”. El primer fin de semana fue el más flojo, “luego hemos ido ganando espectadores y ahora estamos en una media de 8.000 asistentes, que está fenomenal”, analiza Víctor Zabala.
Jorge Izquierdo regenta en el mercado de Las Ventas el puesto de venta de chuletas, uno de los más demandados. “Nos pareció novedoso. Está yendo muy bien. El otro día nos quedamos sin producto”. Para él “es interesante” este formato. “Antes, nosotros vendíamos el producto fresco al cliente. Ahora lo pueden degustar directamente, con un vino o una cerveza. El único problema es que no damos abasto. Tenemos las dos planchas colapsadas”.
"Formato veraniego, distendido"
El olor de las chuletas se puede percibir en cualquier parte de la plaza de toros. El mercado está en las galerías, cerca de una de las terrazas. Algunos aficionados ya se han quejado de que a los toros va uno a analizar y no a comer. “Bueno”, responde Víctor Zabala, “es un formato diferente, veraniego, más distendido. El objetivo es atraer al gran público. El aficionado aguantará los seis toros en el tendido y el que no quiera puede salir a comer o beber algo y volver a entrar”, indica el empresario madrileño.
En estos tres fines de semana, Jorge ya ha hecho clientela. “Tienen costumbre de venir directamente. Algunos salen antes de la novillada”, comenta. ¿Es aficionado a los toros? “Sí y estos días se ve otro tipo de gente, diferente a la habitual, extranjeros, jóvenes y de mediana edad, muchas parejas”, aclara. “Los precios de los productos son populares y todos tienen el distintivo M de calidad”.
Marina Redondo vende hamburguesas y está sorprendida porque ella nunca ha ido a los toros. “Es la primera vez que estoy en una plaza de toros”, explica al teléfono. “Esto”, refiriéndose al mercado gastronómico, “lo hace más atractivo”. En su puesto se vende carne ecológica. “Nuestras hamburguesas son de raza autóctona. Criamos las vacas de donde sale la carne”.
¿Carne de kilómetro cero?
La explotación está en Cenicientos y posee dos razas diferenciadas. “La avileña negra ibérica y la bociblanca, que está en peligro de extinción y gracias a esto tratamos de recuperarla”. La carne que producen es de “mucha calidad” y Marina explica que controlan todo el proceso, “hasta la transformación en hamburguesa”.
El pan y la verdura “también son ecológicos, de kilómetro cero”. ¿Cómo? “Kilómetro cero es un término muy de moda que se refiere a empresas que funcionan en un entorno de 80 o 90 kilómetros”.
A Víctor Zabala se le nota cierto orgullo por la buena acogida del mercado. “Era necesario conseguir algo así. Al menos se ha creado ambiente. Invertimos y lo hemos situado dentro de la agenda de actividades de Madrid”.