La presentación de San Isidro en marzo fue tenebrosa. Un señor mayor cantaba Soy español imitando a José Manuel Soto: la feria era exactamente eso, un fake barato que servía para emborrachar al espectador sin complejos. El monstruo enfermó a Simón Casas, crujía la ruina bajo su pies, Plaza 1 velaba a un vivo. Convertir San Isidro en un vertedero de oportunidades no entraba en sus planes: llegó a Madrid soñando un mano a mano entre José Tomás y Morante. El cóctel de toreros veteranos, nuevos, figuras del último vagón y matadores presuntuosos tenía un color rarísimo, de plato combinado. La realidad calcinó los sueños del productor. Arrastraba la culpa de haberse traicionado.
Ahora, le ha cambiado la cara. En su despacho, habla con un empleado como si improvisara un teatrillo. “Sí, sí, vale”. El único aficionado entre los empresarios taurinos, es un hombre sin ecuador: o genio o demagogo. Apura una cajetilla de Camel. Hay una botella de whisky encima de un mueble. Tiene la mesa despejada. Al encender la grabadora, revisa su agenda y musita algo sobre un novillero. “Lo dejo para luego”, dice, poniéndose el disfraz de aplicado. La feria ha sido un éxito –más puertas grandes, más orejas y más toros buenos que en otras ediciones– con detalles: el abono sufre la metástasis latente de entradas paupérrimas. Celebramos, en realidad, que no se han cumplido los pronósticos. Ojalá cuando me vaya se beba lo que queda de bourbon.
¿Habéis tenido mucha suerte, no?
Bueno, éxito. En el éxito de la tauromaquia, que no es una ciencia exacta, siempre hay que contar con la suerte. Es matemático. No creo que la llave de esta feria de San Isidro sea la suerte. Son conceptos de programación acompañados por la suerte.
¿Se considera un visionario?
Me considero como un empresario creativo que tiene una sensibilidad aguda. Al contrario que otros. Llevo dos años y medio en Madrid, bueno, tres, y ya hay algo distinto: empieza la temporada de manera ritual como un hierro importante como Victorino Martín, se ha creado la corrida de la cultura para tener otra fecha emblemática, se han creado los desafíos ganaderos. Y voy a seguir creando. Ser creador es ser visionario. ¿Qué es la visión? No es una ciencia oculta. Es plantearse las problemáticas de un momento, plantearse los reglamentos, los contratos con la Comunidad de Madrid...
¿Qué tiene en mente para lo que viene?
Ser creativo es ser una cosa, trabajar a lo loco sería otra. Evidentemente, lo que he creado en Otoño y en San Isidro es el bombo. El bombo no es un fin, es un medio. Pero el fin era romper los moldes habituales, pero no por capricho, simplemente por crear competencia, favorecer a los toreros nuevos. Si hay toreros nuevos que quieren ocupar un sitio en el escalafón, se arriman, y si se arriman eso crea competencia con las figuras que ocupan el espacio que se han ganado. El trabajo de Madrid, capital mundial del toreo, es líderar todas las sensibilidades. Tener abierto el abanico de la programación taurina. Pasa igual en los museos, en los teatros, en las salas de los conciertos.
¿Para qué era un medio el bombo?
Un medio para romper los moldes establecidos.
Ya sabe que algunos lo vimos en su momento como una excusa para quitarse de en medio a las figuras.
Lo veis como queréis.
“Romper los moldes establecidos” suena a eufemismo.
No, no. Primero, lo respeto pero no la comparto. Prueba de ello es que han entrado en el bombo figuras de época como Ponce. Y la figura máxima, que se llama Roca Rey. Hubieran podido entrar otras figuras. Por el bombo o sin pasar por el bombo. Lo dije el otro día: la corrida de Santiago Domecq la tenía preparada pensando en cualquier figura del toreo. Al contrario de lo que habéis dicho, la finalidad del bombo no era para nada bajar los presupuestos de producción. Sí romper los esquemas. Lo que se ha visto en la feria es el efecto de una política claramente creativa y claramente revolucionaria.
¿Qué va a pasar a partir de ahora con el bombo? ¿Qué tiene previsto?
Cada cosa en su momento. No voy a hacer sorteos de manera sistemática, ni en Madrid ni en ninguna plaza.
Avanza que no habrá bombo en Otoño, vaya.
A lo mejor no hay bombo. Es que no he tomado la decisión. Pero por un motivo claro: el hecho de romper los moldes no quiere decir destruir la programación, la armonía de la programación.
A qué se refiere con “armonía de la programación”.
Lo voy a decir. Precisamente por todos los triunfos que hubo en San Isidro, por todos los valores emergentes, por los triunfos de otros toreros que precisamente no son jóvenes pero han creado obras magistrales, como Ferrera, igual la empresa decide no hacer sorteo para crear una programación perfecta, una programación que se corresponda con el deseo del público de Madrid.
Entonces, ¿considera que el bombo no sería justo con esos toreros?
Total. Total. Por ejemplo, un torero como Aguado, que ha toreado menos de 20 corridas de toros en su vida, con dos actuaciones extraordinarias en Madrid y Sevilla. Creo que sería estúpido que se encontrara con una de Adolfo. Roca Rey y otros matadores sí son capaces. Entonces me pregunto: ¿sería justo el bombo para un torero como Aguado si quisiera venir a la Feria de Otoño? Sería injusto y estúpido.
¿No era injusto el bombo antes?
Hay que saber medir, y esa es mi condición empresarial y artística. No soy periodista. Soy un profesional de la producción. Soy un productor. No es lo mismo ser triunfador el año pasado y entrar en el bombo de Otoño, como Urdiales, que es un torero preparado para matar casi todo tipos de corridas.
En ese caso podría combinar el bombo dejando huecos para el resto de toreros emergentes, eligiendo la corrida que mejor le convenga a cada uno.
Voy a hacer lo que me salga, no de las narices o los cojones, sino de la conciencia profesional y artística.
Se le ve rejuvenecido. ¿Es porque...?
¿Yo?
Sí, se le ve mejor que en la presentación de los carteles, más tranquilo. ¿Es porque por fin salen las cuentas?
No. La cuenta que sale es la pasional, la cuenta artística, la cuenta de mi sueño. He conseguido ser empresario de Madrid y no era fácil. He conseguido en tres años demostrar mi capacidad de ser empresario distinguido, creativo. Distinto para bien. Estamos hablando del éxito de esta feria pero llevamos tres años de éxito.
Es que lo de esta nadie lo esperaba.
Por el hecho de que sea más evidente no quiere decir ni mucho menos que lo anterior no haya sido bueno. Ya habíamos batido los récords de trofeos en 2017, 2018 y 2019. Han embestido muchos toros este año, pero también el anterior. Un éxito sobresaliente en 2019. ¿Le parece poco?
¿No cree que si hubieran venido más figuras se habrían cuajado más toros?
A lo mejor sí o a lo mejor no. No se puede leer en una bola de cristal. Lo que sí sé es que la figura por supuesto tiene más experiencia que el torero joven, pero si el torero joven tiene más motivaciones que la figura, compensa lo otro.
¿Cómo valora que no se le haya dado ninguna vuelta al ruedo a los toros que han embestido?
¿También me va a imponer usted ser presidente?
No, por eso le pregunto que cómo lo valora.
Ah, cómo lo valoro. Es totalmente anormal, injusto. Honrar el toro es honrar a la tauromaquia.
En Alicante sí cuenta con las figuras. ¿Por qué?
Cada plaza tiene su entidad. Me he matado a explicar eso. Madrid es diferente a todas las plazas. Primero, hay muchos festejos. Segundo, la sensibilidad de los públicos es diferente.
Y porque para llevar gente a Alicante necesita a las figuras.
Bueno... Las figuras hacen falta en Alicante y en todas las plazas pero no pensando que llevan gente. Lo que lleva a la gente a la plaza son las fechas.
Explíquelo.
Prueba de ello es que las figuras quieren torear siempre en las fechas buenas. Tontas no son.
Habrá peleas entonces por torear en Madrid los viernes.
Pero siempre hay pelea. En Madrid hemos querido romper los moldes con mucho respeto a las figuras, y a lo que haya que respetar, empezando por el público. Había que salir de un posicionamiento demasiado esquematizado. Y si me permitís, también autorespetarme. ¿Quién es el financiero de la tauromaquia? El empresario.
¿Volveremos a ver a las figuras en los próximos Sanisidros?
Evidentemente. Me llevo muy bien con ellas. Cuando Ponce viene con el bombo y no puede torear lo sustituye El Juli, que era y es contrario al bombo. Le he agradecido públicamente haber venido.
Eso lo vimos muchos como una contradicción. Si era la feria de la oportunidad, debería haber sido coherente hasta el final.
Os pido, por favor, que seáis justos y coherentes. Si se me hubiera ocurrido sustituir a Ponce por un torero de menos dinero, la prensa y la opinión habría dicho que lo hacía para ahorrar. Tengo ética. Antes de plantearme cualquier pregunta, abordé la contestación. Cuando se cayó Ponce me dije ‘tengo que poner un torero de la categoría y los honorarios de Ponce’, por honestidad y transparencia. Me parece muy bien y admito la crítica y las contradicciones pero muchas veces sois perversos. Más perversos que yo.
¿Qué espera del nuevo gobierno de la Comunidad?
Que por primera vez se plantee la concesión de la plaza de Madrid para el bien, no sólo de la plaza, sino de la fiesta. Madrid es la capital del toreo. No se puede concebir el pliego a través de un criterio económico.
Pues su apuesta con Rafael García Garrido fue de ruptura, con una oferta muy fuerte.
Olvidáis todo. Se llegó a pagar de piso de plaza en Madrid 5.300.000 euros hace 10 años. Luego, bajó a 2.300.000 y luego lo subimos a 2.800.000 euros. Sólo 500.000 euros más. Lo que cuesta dinero en Madrid no es el piso de plaza, es la incoherencia de la programación. Son las novilladas donde se pierden 100.000 euros por tarde. Novilladas o corridas con toreros modestos. No digo que no haya que hacer novilladas, pero a lo mejor hay que hacerlas en las plazas de la comunidad de Madrid con menos costes de producción y con la posibilidad de que los novilleros tengan su legítimo aprendizaje y que vengan a Madrid ya preparados. En términos generales hablo, porque para explicarlo bien necesitaría una conferencia de cinco o seis horas. ¿Qué espero de la Comunidad? Que escuchen todos los problemas del futuro de la tauromaquia. La plaza de Madrid tiene que ser líder conceptual y marcar el futuro de la fiesta.
¿Cree que es inevitable el cierre de la plaza para afrontar la reforma?
Totalmente.
¿Cuánto tiempo?
Ocho, diez meses.
¿Eso es lo idóneo para el empresario?
El empresario no tiene nada que ver en esto. Me da igual. Es que soy consciente, y mucha gente es consciente, de que si hubiera un accidente en la plaza, Madrid no se cierra para unos meses, se cierra para siempre. Lo más urgente es readaptarla a la normativa de seguridad de todas las salas de espectáculo. Que eso imponga cerrar la plaza cinco, seis o siete meses... No pasa nada. Lo prioritario es reformar la plaza de Madrid.
¿Por qué no reclamáis a la Comunidad de Madrid?
Tenemos derecho, evidentemente. Pero esto no es una cuestión de derecho. Es una cuestión de ir de la mano. Así se acordó con Garrido, el anterior presidente, cuando surgió el problema de las obras. Teníamos que tener armonía y no conflicto para solucionar ese tema. Ha habido muchos cambios. Y estamos a la espera. Debemos tener paciencia, sufrimos económicamente a consecuencia de la alteración del contrato. El próximo gobierno de la Comunidad tendrá que plantearlo de manera urgente.
Ahora vienen las prisas. Pero ha habido mucho tiempo en el que había dinero para afrontar esta obra y no se ha hecho. Hay urgencia ahora, cuando se ha planteado la posibilidad de que un gobierno de izquierdas aprovechara la reforma para cerrar la plaza. ¿Qué pasa con el canon, no se invierte en la plaza?
Preguntad a Nacho González.
No tiene muy buena opinión sobre Ignacio González.
No, y lo digo públicamente. ¿Algún ciudadano puede tener buena opinión de Nacho González? Vaya pregunta [ríe].
“La programación actual de la temporada de Madrid está obsoleta”
La repuesta del público ha sido buena. Era increíble ver carteles poco llamativos sobre el papel llenando la plaza. Pero se está hablando muy poco de las entradas tan pobres de algunas tardes para ser San Isidro.
Lo que es pobre no son los días, son los carteles.
¿Debe cambiar el modelo de San Isidro?
Sí. Debería haber más corridas a lo largo de la temporada. Menos novilladas y que haya más en las plazas de la Comunidad. Más contenido y más impacto con menos festejos en San Isidro. Si se quieren sentar conmigo políticos, aficionados, periodistas y profesionales, lo hacemos enseguida, tengo la solución a la gestión de la plaza.
¿Cuál es?
Imponer una revolución conceptual de la gestión de Las Ventas. Cambiar la programación respetando el concepto de temporada, pero readaptado. La programación actual de la temporada está obsoleta.
Habla siempre de la idiosincrasia de Las Ventas, que admitía una apuesta por la oportunidad como la que ha hecho este año. ¿Si se reduce la feria, no se reducen las oportunidades? Para lanzar a los toreros es mejor San Isidro que la temporada.
Ahí es donde viene la inteligencia. No se pude reivindicar todo y su contrario. Usted me dice que hay días con muy poca gente. Digo que sí, porque los carteles son malos. Pero claro, necesitamos sacar toreros. Hay que sintetizar el problema para encontrar las soluciones. Existen las soluciones.
¿Cuál es la solución?
Ya lo he dicho, un nuevo concepto de programación. Luego está la capacidad empresarial. Cuando pongo a David de Miranda para confirmar la alternativa, había 15 o 20 que la querían confirmar y elijo a David de Miranda porque tenía intuición en que podía ser una gran sorpresa. Hay otro torero que confirmó sin suerte, pero que la tendrá porque es buen torero, Ángel Téllez. No está condenado. Quiero decir, hay dos tipos de carteles: con tipos desconocidos o desconocidos portadores de virtudes y con conocidos que están ya muy vistos.
¿Cuánto dinero ha ganado Plaza 1 con esta feria?
No tenemos las cuentas rematadas todavía, pero sí se ha ganado por lo menos un millón y medio de euros. Cuidado, queda el resto de la temporada. Antes de la feria ya habíamos perdido dinero en cada festejo.
¿Cómo es su relación con Rafael García Garrido? Se ha especulado con que no se llevaban bien.
Lo habéis especulado. Excelente. Dime un síntoma del problema. La pregunta es buena. Has empleado el concepto de especulación. La prensa y la opinión pública también especuláis. Mi relación con Rafael García garrido es excelente: armónica. Tenemos misiones complementarias.
¿Corre peligro Plaza 1?
Qué va a correr peligro Plaza 1.
¿Qué le aporta Antonio Catalán?
Es un amigo, primero. Un gran empresario, segundo. Se interesa, no para especular, no para ganar dinero, sí para el futuro de la fiesta y en mi empresa como portadora de futuro. Está en la intimidad de mi empresa a nivel de márketing, de conceptos económicos...
¿Aconsejando?
Me libera de muchas angustias legítimas porque mi especialidad es de ser artista de la producción.
Y en esa liberación de angustias a qué se dedica Antonio Catalán.
Hablamos todos los días una hora, a veces cuatro o cinco horas, le planteo todos los problemas, no sólo desde mi posicionamiento empresarial, sino del mercado. Hablamos de eso, buscamos soluciones. Que un gran empresario se interese por la fiesta de los toros, por mediación de mi empresa, es bueno para la fiesta. Hubo en el pasado otros empresarios pero llegaron únicamente a especular. Era la época del ladrillo. Don Antonio Catalán no es de la época del ladrillo.
Y esa confianza que tiene con Antonio Catalán, cómo influye en la relación con García Garrido.
Hablo del problema específico de la económica de la tauromaquia, no es de Plaza 1 solo, es global. Estamos en una época de giro. Hay un giro fundamental en los equilibrios económicos, en la relación con los políticos, en el reglamento, en replantear el arte del toreo en una sociedad que ha cambiado mucho. España no tiene que ver nada con la España de hace 15 años. Todo ha cambiado. Antonio Catalán trabaja conmigo en eso y también en coordinación con García Garrido, que es director general de Plaza 1.
Durante el invierno se ha especulado sobre su capacidad económica. Se dice que Antonio Catalán invirtió o que le ayudó a solucionar algunas cuentas. ¿Eso es verdad?
No ha sido una inversión económica radical, ni mucho menos. Entre otras cosas, porque no lo necesito. Siempre digo que debo afrontar problemas económicos pero estoy en buen estado de salud. Llevo 40 años de empresario y no debo nada a nadie, ni a Hacienda, ni a la Seguridad Social. Mi empresa tiene una economía sana. Dentro de un ámbito económico que tiene una economía incoherente e insostenible. Ahora mismo, no en Madrid, sino en todas las plazas, los empresarios andan muy limitados económicamente. Y estúpido. No hay una actividad que se sostenga sin economía sostenible. ¿Cómo hacer para que la tauromaquia sea sostenible? Liberalización de los precios de las entradas y quitar de los reglamentos medidas estúpidas, como la devolución de las entradas cuando se cae algún torero del cartel. Sólo pasa en los toros.
Usted dice que no gana dinero. Que no recibe sueldo. La verdad es que no me lo creo.
He suspendido voluntariamente mi sueldo para poder ayudar, como es de ley, a recuperar el déficit de Plaza 1, que todavía es deficitaria. Hago, ni más ni menos, lo que hacen muchos directivos de muchas empresas.
"Matilla es más apoderado que empresario"
¿Qué relación tiene con Matilla? ¿Se rompió?
Tengo buena relación con todos los profesionales de la tauromaquia.
Pero con Matilla era mejor y desde hace un tiempo no lo parece tanto.
No, no, no. Tenemos divergencia de conceptos. Tenemos diferencia de tecnicidad artística o de márketing. No comparto toda la metodología empresarial de Matilla y él no comparte la mía, pero eso no quita que seamos amigos.
Él abandonó ANOET.
Sí, pero es su problema. No es un conflicto conmigo.
Bueno, pero usted es el presidente.
Sí, se lo reprocho. Porque un empresario tiene que estar en ANOET. Lo que pasa es que Matilla es más apoderado que empresario. Entiendo que él no quiso seguir. Y es ético tener que defender, aunque sea a media voz, más conceptos de apoderado que más conceptos de empresario.
Entiendo que la base del problema está en el bombo.
Oiga, si me quiere hacer decir que hice el bombo en función de Matilla, está completamente equivocado.
No, hombre, claro que no. Pero tiene pinta de que a sus toreros no les gusta y, por lo tanto, a él tampoco.
Bueno, pero nos llamamos todos los días. Somos grandecitos. Es un gran profesional. No hay conflicto. Ahora, divergencia de opinión, toda.
¿Siente que su antagonista es Bailleres? Cuando llegó a Madrid la disputa era entre su grupo y vosotros.
No he cogido Madrid en contra de Bailleres. El señor Bailleres tiene afición, tiene mucho capital y, por lo tanto, puede aportar mucho a la fiesta. ¿Están reunidas las condiciones de mercado para que el señor Bailleres intervenga, no de manera especulativa, porque no necesita más dinero, sino de manera romántica? Hay que mejorar todavía su integración.
Integrarse se ha integrado muy bien. En él se han disuelto los Chopera.
¿Y qué pasa en esas plazas? Puntos supensivos.
¿Lo ha pasado mal?
Lo he pasado fatal. Mis cornadas pueden ser económicas, de honor, de fallar en mi concepto, de que me rechace el público, los políticos y la prensa. ¿He ganado? Os lo agradezco a todos. No me ofenden las críticas, sino que me alimentan, me obligan a superarme. No me ofendo, pero me ofenden las especulaciones. Cuando queráis saber algo, preguntadme.
¿Lo va a celebrar en Mahón, en el barco?
Sí, necesito descansar. En la vida sólo tengo ese lujo. Relativo, porque no es un yate. Cuando estoy en el barco y en el mar, me reencuentro. Espiritual y físicamente.