El tradicional Domingo de Miura de la feria de abril de Sevilla se pasó al lunes por la festividad del 1 de mayo, pero el ambiente fue el mismo como colofón de la feria. Y otra vez un gran Manuel Escribano volvió a demostrar sus grandes dotes lidiadoras ante este hierro, que conoce bien.
Al igual que Antonio Ferrera, aunque hoy no pudo redondear su tarde en ese mano a mano que se quedó a última hora cuando David Fandila 'El Fandi' presentó parte facultativo por molestias lumbares.
La corrida fue muy variada de presentación y comportamiento, aunque todos presentaron características típicas del legendario hierro de Zahariche. El mejor fue Choricero, el cuarto de la tarde y al que el torero de Gerena le hubiera cortado las dos orejas si no hubiera caído tan baja la espada.
Escribano lo recibió con una vibrante larga a portagayola y unos decididos lances a la verónica, una de ellas mirando al público, que pusieron en pie a los tendidos. El animal se creció aún más en el caballo y en banderillas, poniendo incluso en apuros al matador. A su muleta también se arrancó con prontitud en los medios donde Escribano, sin probaturas, comenzó la faena con pases cambiados.
Puso todo su empeño, firmeza y voluntad para someter y llevar largas unas embestidas que no fueron fáciles, pues al tercer pase el toro se veía podido y echaba la cara arriba.
Pero Escribano no le quitó en ningún momento la muleta de la cara haciendo que el trasteo no decayera, sino que llegara la emoción al tendido en cada muletazo. El toro la tenía y la faena tomó aún más vuelo en una soberbia serie de naturales con la que la Maestranza se vino abajo. Las dos orejas planeaban sobre el cielo maestrante, pero la espada cayó baja y el palco sólo concedió una.
Sobre el resto de la tarde hay poco que contar. Sus otros dos toros no le posibilitaron el triunfo. Tampoco a Antonio Ferrera con su capote azul. Tercero y quinto se desfondaron y su primero proporcionó un gran tercio de banderillas, pero en la muleta no quiso colaborar. Con la espada, eso sí, estuvo muy certero.
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Por ello, la pelea la ganó Escribano que puso un buen broche a su feria de abril, sumándole su gran tarde con los Victorinos, y al ciclo en general, cuyo resultado artístico ha sido histórico. Entre algunas muy interesantes y de alto nivel, la faena en la que Morante cortó un rabo perdurará por los siglos de los siglos. Amén.