Faltan solo seis meses para que la desaparición y muerte de la viguesa Déborah Fernández se cierre definitivamente y la familia está jugando todas sus cartas. "No vamos a quedarnos de brazos cruzados", decía la hermana de la joven en una entrevista a este medio el pasado abril, a un año de la prescripción del delito. Por esta razón, tratan de paralizar los tiempos de la investigación, lo que solo se conseguirá si se declara que Déborah no murió accidentalmente, sino que fue asesinada.
Con la intención de recabar nuevas pistas, se pidió la exhumación del cuerpo, para recoger muestras que pudiesen "cerrar el cerco" en torno a los sospechosos principales. La recogida de nuevas muestras llevó a la solicitud de nuevos análisis, que parecen haber dado sus frutos: un informe del servicio de criminalística de la Policía Judicial indica que las fibras halladas bajo las uñas de la joven coinciden con las fibras de una de las colchas analizadas.
Lo que el informe concluye textualmente es que "de las muestras recibidas, las fibras de color blanco de algodón que componen la colcha de cuadros y la colcha de color blanco con ribete blanco, son compatibles con una de las fibras recogidas en las uñas de la víctima". Estas colchas, según el mismo informe, pertenecen a uno de los investigados por la Policía Nacional, que se las habría regalado a otro investigado. A pesar de que los nombres de estas dos personas aparecen tachadas, esta nueva pista podría arrojar luz sobre el caso y acercarlo a su resolución.
El informe asegura que ambas muestras, tanto las halladas en Déborah como las de la colcha del investigado, "tienen comportamientos similares", por lo que la coincidencia es evidente. No obstante, también aclara que este tipo de tejidos "son de amplia distribución textil", por lo que puede que su hallazgo sea poco relevante.
Hace menos de un mes, los abogados de la familia Fernández-Cervera solicitaban al juzgado de Tui que se analizasen muestras de ADN de más de 30 sospechosos, por lo que puede que pronto surjan más pistas sobre la desaparición y muerte de la joven viguesa en abril de 2002.