VIGO, 9 Feb. (EUROPA PRESS) –

La compra de ciertas sustancias químicas, denominadas ‘precursores’ de explosivos, puso a la Guardia Civil sobre la pista de un vecino de Sanxenxo (Pontevedra), de 35 años de edad, que fue detenido la pasada semana y está investigado por tenencia o depósito de explosivos, en el marco de un operativo policial (Operación Boxes Charada) en el que también han sido detenidas otras dos personas, un hombre y una mujer, en Navarra.

Esta actuación ha sido desarrollada por la Jefatura de Información

(UCE 3) de la Guardia Civil, conjuntamente con los Grupos de Información de las Comandancias de Pontevedra y Navarra, con el apoyo del Grupo de Desactivación de Explosivos (GEDEX) de Pontevedra y el Servicio Cinológico de ambas Comandancias, así como del Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil.

Según ha informado la Guardia Civil, los precursores son sustancias a partir de las cuales, en determinadas concentraciones, mezcladas entre sí o con otros productos, se pueden fabricar explosivos de forma casera e ilícita. Por ello, su comercio, adquisición, tenencia y uso están rigurosamente controlados.

La investigación de la Guardia Civil permitió identificar a un comprador de estas sustancias en Sanxenxo, un vecino que estaba usando esos precursores para la fabricación casera de mezclas explosivas e incendiarias, como pólvora negra o ‘termita’, muy peligrosas por su poder destructivo.

Vídeos tutoriales

Además, este hombre se dedicaba a publicar vídeos en sus redes sociales y en Internet explicado "paso a paso" como elaboraba estas mezclas y sus efectos, con el riesgo añadido de que los tutoriales podrían ser utilizados por otras personas para la elaboración de artefactos explosivos con fines violentos y delictivos.

Tras su detención, quedó en libertad en sede policial, pero está siendo investigado por el juzgado de instrucción 4 de Cambados.

Investigado con antecedentes

La Guardia Civil también identificó a un segundo comprador, en este caso un hombre de 40 años de edad, que vive en la Comunidad Foral de Navarra, y que tiene antecedentes por tráfico de armas. Este hombre, que fue detenido junto a su pareja, había sido arrestado también en marzo de 2020 en un operativo en el que se desarticuló un taller clandestino que tenía en su domicilio, y en el que manipulaba armas de fuego para su posterior tráfico ilícito.

La investigación actual ha revelado que este hombre y su pareja estaban tratando de adquirir precursores para la fabricación de pólvora (legalmente catalogada como explosivo propulsor) y así poder utilizarla en la fabricación ilegal de munición metálica con proyectil, que vendían junto con las armas con las que supuestamente traficaban.

Asimismo, con la colaboración de Interpol, los agentes averiguaron que esta pareja había adquirido recientemente en el extranjero un importante número de armas detonadoras, que se sospechaba que habían transformado para que hicieran fuego real.

En los registros realizados, con apoyo de técnicos en desactivación de explosivos (TEDAX) y perros detectores, la Guardia Civil se incautó de 2 kg de precursores y productos químicos, una pistola detonadora transformada, tres pistolas detonadoras listas para su transformación, dos carabinas, 94 cartuchos detonadores junto a rodamientos metálicos (para fabricar munición artesanal), herramientas y maquinaria para manipular armas y munición, 8.800 euros en efectivo, varios cuchillos, puñales y otras armas blancas prohibidas, equipos informáticos y documentación.

Control y restricciones

Según ha recordado la Guardia Civil, el comercio, adquisición, tenencia y uso de sustancias químicas precursoras de explosivos está restringido y regulado desde hace años, tanto en la Unión Europea como en España, para evitar su desvío a fines ilícitos, violentos o terroristas. Para adquirirlos legalmente es necesario contar previamente con una licencia que otorga el Ministerio del Interior a través del Citco, que es el Punto de Contacto Nacional en materia de precursores, y con el que la Jefatura de Información de la Guardia Civil trabaja estrechamente.

El pasado 2021 se analizaron más de 450 solicitudes de este tipo de licencias de precursores para descartar que sus solicitantes no pretendieran desviar estas sustancias para fines ilícitos; se realizaron 37 inspecciones a establecimientos que comercian con precursores; y se investigaron 30 transacciones sospechosas.

En una de esas actuaciones, el pasado mes de noviembre en Reus

(Tarragona), la Guardia Civil realizó una de las mayores incautaciones
de precursores de explosivos realizada hasta el momento en España, en la que se intervinieron 350 kg de precursores de explosivos a una persona que los estaba vendiendo ilegalmente por Internet.