SANTIAGO DE COMPOSTELA, 3 Mar. (EUROPA PRESS) –

Los tres supervivientes del Villa de Pitanxo, el pesquero gallego naufragado el 15 de febrero a 450 kilómetros al este de Terranova (Canadá), declararon el pasado miércoles en Vigo ante la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), órgano dependiente del Ministerio de Transportes que deberá emitir un informe sobre el siniestro en el plazo máximo de un año.

Esta comisión comenzó con sus pesquisas tras el naufragio –con nueve fallecidos y 12 desaparecidos– en una primera fase en la que formó un equipo de investigadores y recabó "evidencias documentales y electrónicas" sobre el buque, su tripulación y su viaje.

Para ello, recopiló: certificados del buque, proyecto de construcción, reformas, listas de tripulantes, titulaciones y certificados de los tripulantes, registros electrónicos de los sistemas de localización del buque (caja azul de pesca y registros del Sistema de Identificación Automática), previsiones meteorológicas, radiocomunicaciones y señales de emergencia.

Ahora, tal como ha confirmado el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, ha comenzado una segunda fase de investigación, que pasa por entrevistas a la tripulación superviviente, que llegó a Santiago en la madrugada del 21 al 22 de febrero en un vuelo procedente de Terranova.

Miñones ha indicado que entre esta semana y la que viene también se tomará declaración a los familiares de las víctimas, para conocer la información que les trasladaron a ellos los marineros que viajaban en el Villa de Pitanxo.

El grupo Nores, armadora del navío, informó hace unos días de que, "conforme a lo trasladado por el patrón", Juan Padín (uno de los tres supervivientes del naufragio), "el accidente se produjo durante la maniobra de virada del aparejo".

Con base en este relato, el pesquero se hundió "de forma muy rápida" por los golpes de mar que lo escoraron, después de sufrir una parada en el motor principal durante una maniobra de virada del aparejo.

Búsqueda del barco

Por otra parte, se cumple una semana desde que el director general de la Marina Mercante, Benito Núñez Quintanilla, comprometiese a las familias que el Gobierno buscaría alternativas con empresas privadas para poder enviar un robot al pecio, después de que se descartase que el Ejecutivo central vaya a mandar medios propios a la zona en la que naufragó el pesquero –a 450 kilómetros al este de Terranova (Canadá)–.

Y es que es necesario un robot que pueda descender a 1.000 metros de profundidad, donde se estima que está hundido el pesquero, así como medios técnicos que permitan trabajar en la zona con las complicaciones por cuestiones como la altura de las olas.

Los familiares de los desaparecidos explicaban el 24 de febrero que darían "un tiempo prudencial" para estas gestiones, pero una semana después lamentan que siguen sin novedades. Así, han pedido una nueva reunión para conocer cómo avanza esas opciones y esperan que se pueda celebrar la próxima semana, tras no llevarse a cabo este jueves.

En este sentido, el delegado del Gobierno ha explicado que el Ejecutivo continúa buscando la mejor manera de buscar a los desaparecidos, teniendo en cuenta las condiciones climáticas, pero ha subrayado que es un trabajo "lento".

Paralelamente, los familiares se reúnen, este jueves, con el secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, quien les ha trasladado su apoyo.