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Carmela Silva: "Además de un techo de cristal existe un suelo de pegamento"
La presidenta de la Diputación de Pontevedra reconoce que, a pesar de todos los avances del feminismo, las mujeres siguen teniendo que luchar "mucho más" por llegar a donde merecen
8 marzo, 2022 06:00Carmela Silva es la presidenta de la Diputación de Pontevedra desde el año 2015, momento en el que se convirtió en la primera mujer en ostentar este cargo. En el año 2008 también fue la primera mujer portavoz parlamentaria en el Senado, cargo que ocupó en representación del PSOE. Siete años después de su nombramiento, a punto de acabar su segunda legislatura como presidenta, reconoce que es "increíble que en el siglo XXI sigamos viendo estos titulares".
Como ella misma explica, ya en el año 2015 las mujeres llevaban más de un siglo en la Universidad, "siendo la mitad de la población mundial y un 55 % tienen estudios superiores: está claro que nuestros conocimientos no son suficiente y seguimos viviendo una situación inaudita". Desde que llegó a la Diputación su objetivo y el de todo su equipo, es lograr una paridad real entre mujeres y hombres, algo que lleva haciendo desde que comenzó su carrera política. "La igualdad es nuestra prioridad", asegura.
Con este fin creó y consolidó el Área de Igualdad, una cartera que ninguna Diputación tenía en el año 2015 y que aboga por crear políticas "transversales a toda la administración" con el foco puesto en esa lucha por la paridad. "Era un área fundamental, teniendo en cuenta que las mujeres todavía vivimos en una situación de infrarrepresentación", dice Silva. "Nos sirve para liderar e impulsar acciones de igualdad, con el fin de visibilizar a las mujeres, crear redes de apoyo o luchar contra las violencias machistas, entre otras".
Silva confiesa que incluso la redacción de los presupuestos "tiene una mirada igualitaria: teníamos clarísimo que había que crear esta área". Para la presidenta y su equipo es esencial que, aunque Igualdad tenga su propia agenda, "no se comporte como un departamento estanco, sino que participe de todas las tomas de decisiones". Así, por ejemplo, explica cómo cada plan de Infraestructuras "pasa por crear ciudades peatonales y pensadas para el ciudadano, poniendo en el foco a la mujer como responsable de los cuidados de los mayores, la infancia o las personas dependientes".
Del mismo modo, es importante "romper con el modelo" que mantiene al hombre en el centro del discurso, tanto en términos políticos como en las actividades propuestas por la Diputación. "Siempre velamos por que las mujeres estén representadas, tanto a la hora de nombrar altos cargos como para cada acción que llevamos a cabo: la igualdad juega, para nosotras, un papel fundamental en las áreas de comunicación, cultura o deporte, entre otras muchas", dice Silva.
Suelo de pegamento
"Yo me hice feminista porque de muy joven descubrí que tenía mas dificultades para hacer lo que quería, lo que soñaba y lo que me veía capacitada para hacer". Así explica Carmela Silva el por qué de su forma de hacer política, pues reconoce que "todavía queda mucho por hacer" en materia de igualdad a pesar de todo lo que se ha avanzado.
"A las mujeres nos cuesta mucho llegar a los puestos de decisión, hay un techo de cristal y eso es evidente: estamos infrarrepresentadas en todos los ámbitos", asegura, a pesar de que un 55 % de la población mundial con estudios superiores son mujeres. "A esto hay que sumar que también hay un suelo de pegamento, porque cada vez que una mujer quiere convertirse en líder se enfrenta a muchas más dificultades".
Silva hace así alusión al sesgo que obliga a las mujeres a "demostrar" que son válidas para un determinado puesto de trabajo o un cargo de importancia, "hay muchos comportamientos todavía que hacen que las mujeres estemos en una situación permanente de incomodidad". Por eso lograr la igualdad pasa por romper ese techo de cristal y acabar también con el suelo de pegamento "porque las mujeres ya no somos un colectivo, somos la mitad de la población y como tal exigimos vivir en un mundo que se respeten nuestros derechos".
La presidenta de la Diputación confiesa que ella también ha tenido que "reaprender, porque a mí no me educaron en igualdad" y por eso todas sus políticas tienen como objetivo mostrar cómo las mujeres "hemos transformado el mundo a través del pensamiento y la palabra". La coeducación es, para Silva y su equipo, "un instrumento fundamental: en ningún país del mundo se educa en igualdad y debemos hacer que la igualdad impregne todo el sistema educativo".
Para ella, la educación en términos igualitarios debe impartirse "desde el nacimiento, como un elemento transversal". Reconoce que las mujeres están infrarrepresentadas también en este ámbito, "a pesar de haber aportado tanto en los últimos 200 años, desde que el feminismo se convirtió en un elemento transformador". Por eso aboga por crear acciones "orientadas a visibilizar a grandes mujeres de la economía, la ciencia, la tecnología, la innovación, la cultura o la política".
"Hay muchísimos elementos de nuestra vida diaria que parten de las ideas de una mujer, como puede ser el WiFi (que surge de un invento de Hedy Lamarr) o las vacunas de ARN (que nacen gracias a la investigación de Katalin Karikó): es fundamental visibilizar a las mujeres". Desde la Diputación, asegura, se trata de mostrar a esos referentes "y por eso en muchas actividades va a haber más mujeres que hombres, porque alguien tiene que apostar por ellas".
"La revolución cultural tiene nombre de mujer"
Silva se refiere, por ejemplo, a los actos culturales que tendrán lugar este mes con motivo del 8M, "porque las mujeres están mucho más presentes en la cultura". Además, no todos los referentes tienen por qué ser "grandes mujeres que hayan hecho grandes actos", por lo que tratan de mostrar también a mujeres cercanas: "las niñas deben saber que en su edificio puede que haya una tecnóloga, una inventora o una líder política".
En Galicia, asegura, "está habiendo otro rexurdimento cultural y tiene nombre de mujer". Compara la época actual con la enorme aportación de Rosalía de Castro, con nombres como Ledicia Costas en literatura, Tanxugueiras o Guadi Galego en música o Chelo Loureiro en el sector audiovisual. "Estas mujeres, además, tienen un enorme impacto social".
La cultura es el elemento en el que se apoyan muchas actividades de la Diputación de Pontevedra "porque tiene un enorme poder transformador", reconoce la presidenta. "Nos permite tener pensamiento crítico y nos provoca felicidad, tiene una importancia inmediata que nos permite repensar el mundo en el que vivimos de forma positiva".
La prostitución, el esclavismo del siglo XXI
Desde la Diputación aseguran que acompañarán las manifestaciones con motivo del Día Internacional de la Mujer, que este año se desarrollan bajo el lema El feminismo es abolicionista. "Siempre hemos dicho que hace falta una ley que prohíba la prostitución de forma inmediata", dice Carmela Silva: "mientras sigamos siendo subordinadas, explotadas y sometidas no habrá igualdad".
"La prostitución es esclavismo, además de una industria ilegal multimillonaria liderada por hombres que usa a las mujeres como mercancía", afirma Silva. "Una sociedad decente no puede permitir que sean prostituidas más de 300.000 mujeres en España: nos tiene que provocar indignación". La presidenta se declara "en contra de todo lo que signifique el sometimiento de la mitad del mundo", por lo que reconoce que lleva años luchando por que exista una norma abolicionista. "El primer elemento de lucha contra la discriminación es la abolición y tiene que ocurrir ya".
A pesar de que "queda mucho por hacer", Carmela Silva reconoce que se ha avanzado mucho en materia de igualdad en los últimos años y que ella seguirá luchando por que, desde las administraciones en las que trabaja, "se defienda la agenda de las mujeres".