TUI (PONTEVEDRA), 11 Mar. (EUROPA PRESS) –

El único investigado en relación con la desaparición y muerte de la joven viguesa Déborah Fernández-Cervera, en 2002, ha defendido su inocencia y ha negado haber estado con la chica el día que desapareció, según ha trascendido tras su comparecencia ante el juzgado de instrucción número 2 de Tui (Pontevedra).

Pablo P.S-L., que fue novio de la víctima, ha declarado en sede judicial este viernes por primera vez en 20 años, y ha respondido a las preguntas de la jueza, del ministerio Fiscal y de su letrado, aunque se ha acogido a su derecho a guardar silencio y no responder al interrogatorio de los letrados de la familia de la chica.

El investigado ha abandonado el edificio judicial tras unas dos horas de comparecencia y ni él ni su abogado han hecho declaraciones. A su salida, nuevamente un grupo de personas ha coreado el lema "justicia para Déborah" mientras sostenían carteles con la fotografía de la joven fallecida.

El abogado de la familia de Déborah, Ramón Amoedo, ha confirmado que Pablo P.S-L. "ha defendido su inocencia" y su testimonio no ha contribuido a arrojar luz sobre los hechos, aunque han quedado patentes nuevas contradicciones. De hecho, el letrado ha recordado que el exnovio de Déborah prestó declaración en varias ocasiones en sede policial y que cada relato "era diferente del anterior"; este viernes, la declaración ha sido "un poco distinta a las demás".

Precisamente, el hecho de que incurra en tantas "contradicciones" es un indicio "fundamental" para este letrado, que ha recordado que esas discordancias también llamaron la atención en su día a la Policía.

Aunque la declaración del investigado no ha trascendido, su testimonio ha estado en la línea de desvincularse de la muerte de Déborah, y ha dicho que no estuvo con ella el día que desapareció.

"Rabia contenida"

Por su parte, la hermana de Déborah, Rosa Fernández-Cervera, ha trasladado su "confianza" en que la declaración de este viernes ayude a que "salgan datos" para seguir investigando. En todo caso, ha expresado su convencimiento de que Pablo P.S-L. ha incurrido en contradicciones, porque "está en su derecho de mentir".

Esta portavoz de la familia ha valorado, con todo, que por primera vez esta persona haya comparecido ante la jueza en este procedimiento, tras numerosas peticiones que fueron rechazadas a lo largo de la instrucción. "La justicia por fin apoya buscar la verdad. Para mí ya es una gran victoria, independientemente de lo que pase", ha afirmado.

Preguntada acerca de cómo ha vivido el momento de ver entrando en el juzgado a quien la Policía apuntó como principal sospechoso en este caso, Rosa Fernández-Cervera ha admitido que sintió "rabia, mucha rabia contenida".

No obstante, con respecto al incidente con el abogado defensor a su llegada hoy a los juzgados (que le dijo que "callada" estaba "más guapa" al increpar Rosa a Pablo), le ha restado importancia y lo ha atribuido al "nerviosismo". "Todos estamos histéricos, hablamos de un asesinato, no es un delito menor, pero hay que ser prudentes, animo a todos a ser prudentes y a andar ahora con pies de plomo", ha zanjado.

Pruebas de ADN

Paralelamente, la instrucción del caso sigue avanzando y, en las últimas horas, se han conocido los resultados del estudio del Instituto Nacional de Toxicología acerca de las muestras extraídas al cadáver de Déborah (que fue exhumado en mayo del año pasado).

Así, el informe revela el hallazgo de ADN masculino en una de las uñas de la chica. La familia pedirá que se amplíe esta prueba pericial para tratar de encontrar marcadores genéticos en este ADN.

También a partir de la comparecencia de este viernes, el equipo legal de la familia Fernández-Cervera pedirá nuevas pruebas, entre ellas nuevas declaraciones de testigos. Asimismo, siguen pendientes del resultado definitivo del informe sobre el disco duro del ordenador de la joven, que fue "manipulado y borrado de manera bastante profesional". "Otro elemento más que aumenta la sospechas", ha añadido Ramón Amoedo.

Al respeto, el abogado ha vuelto a lamentar que la investigación de este crimen ha sido una "chapuza enorme" en sus primeros momentos. "Lo seguiremos diciendo, moleste a quien moleste, la actuación policial de los primeros meses fue absolutamente negliglente. Si se hicieran bien las cosas en 2002 no estaríamos aquí, haya sido o no haya sido él (el investigado)", ha subrayado.

Casi 20 años

Déborah Fernández-Cervera desapareció en 2002, cuando tenía 21 años de edad, después de salir de su casa en Vigo para hacer deporte. Su cadáver fue localizado diez días después, rodeado de pistas falsas, en una cuneta de O Rosal (Pontevedra), y nunca hubo nadie detenido ni formalmente investigado, hasta ahora, por este crimen.

El caso se archivó pero, a finales de 2019, fue reabierto y se han hecho varias diligencias periciales y declaraciones de testigos. Además, en mayo de 2021 se exhumó el cadáver de la joven para hacerle pruebas de ADN.

En los últimos meses también se examinó el coche del principal sospechoso y diferentes pertenencias del mismo. Así, entre otros hallazgos, fueron localizadas unas fibras bajo las uñas de la chica que coincidían con la tela de una manta que perteneció al investigado (si bien eran unas fibras muy comunes y el hallazgo no se consideró determinante), y los análisis de la empresa Lazarus llevaron a la conclusión de que el ordenador de Déborah había sido manipulado.