VIGO, 11 Abr. (EUROPA PRESS) –

La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Tui ha pedido "máxima celeridad" a los diferentes organismos que todavía están investigando aspectos relacionados con el caso Déborah Fernández, la joven viguesa hallada sin vida en una cuneta de O Rosal en el año 2022.

Según fuentes judiciales consultadas por Europa Press, la jueza emitió una providencia en la que instaba a diferentes organismos, entre los que se incluye, por ejemplo, el instituto de toxicología, a tener la "máxima celeridad posible" porque el día 30 termina el plazo de prescripción.

Asimismo, según las mismas fuentes, la jueza emitió en los últimos días un auto en el que ha aclarado que el 30 de abril prescribirá el caso, excepto para el único investigado que, a día de hoy, figura en la causa.

Todo ello siempre que no se dirija antes de esa fecha el procedimiento contra otra u otras personas, tal como ha dejado claro la titular el Juzgado de Instrucción número 2 de Tui (Pontevedra).

Esto ocurre un mes después de que por primera vez el único investigado en relación con la desaparición y muerte de la joven viguesa declarase en el juzgado. Pablo P.S-L., que fue novio de la víctima, declaró en marzo por primera vez en 20 años y defendió su inocencia, negando haber estado con ella el día que desapareció.

El abogado de la familia de Déborah, Ramón Amoedo, aseguró que el testimonio del investigado no contribuyó a arrojar luz sobre los hechos, aunque dejó patentes nuevas contradicciones. De hecho, el letrado recordó que el exnovio de Déborah sí prestó declaración en varias ocasiones en sede policial y que cada relato "era diferente al anterior". Su declaración en el juzgado fue "un poco distinta a las demás".

Casi 20 años desde la aparición del cadáver

Déborah Fernández-Cervera desapareció en 2002, cuando tenía 21 años de edad, después de salir de su casa en Vigo para hacer deporte. Su cadáver fue localizado diez días después, rodeado de pistas falsas, en una cuneta de O Rosal (Pontevedra), y nunca hubo nadie detenido ni formalmente investigado, hasta ahora, por este crimen.

El caso se archivó pero, a finales de 2019, fue reabierto y se han hecho varias diligencias periciales y declaraciones de testigos. Además, en mayo de 2021 se exhumó el cadáver de la joven para hacerle pruebas de ADN.

En los últimos meses también se examinó el coche del principal sospechoso y diferentes pertenencias del mismo. Así, entre otros hallazgos, fueron localizadas unas fibras bajo las uñas de la chica que coincidían con la tela de una manta que perteneció al investigado (si bien eran unas fibras muy comunes y el hallazgo no se consideró determinante), y los análisis de la empresa Lazarus llevaron a la conclusión de que el ordenador de Déborah había sido manipulado.