La familia de Déborah Fernández-Cervera, la joven viguesa desaparecida el 30 de abril de 2002 y hallada muerta diez días después, ha hecho público un comunicado en el que hace balance de los últimos 20 años. A menos de 24 horas del vigésimo aniversario del fallecimiento de la joven, los abogados de su familia han querido repasar el caso y aclarar en qué punto se encuentra la investigación.
En el comunicado comienzan agradeciendo a los ciudadanos de Vigo su apoyo a la causa y la disposición a colaborar con la policía en todo momento, "por las decenas de pistas que se han seguido en base a informaciones facilitadas". También agradecen su labor "a la mayor parte" de la prensa "y, por supuesto, a forenses de distintas ramas que de modo desinteresado nos han ayudado y nos siguen ayudando".
Actualmente, explican en el documento, únicamente el novio de Déborah en 2002 está citado como investigado, por lo que mañana no prescribirá el caso para él. Los abogados de la familia aseguran que se pidió en reiteradas ocasiones que esta persona declarase como investigado por las contradicciones que presentaba su relato, tanto consigo mismo como con personas de su entorno. "Si una persona cambia la versión en las cinco ocasiones que ha ido a declarar como testigo y a su vez se contradice con otras testificales prestadas ante la policía o en el juzgado (muchas de ellas de familiares directos o de amistades cercanas), es su deber aclarar ante la Justicia el motivo de esas reiteradas contradicciones".
Por ello, el pasado 11 de marzo, casi veinte años después de la desaparición de la joven, se le cita por primera vez en el juzgado para prestar declaración como principal sospechoso del caso. "Una vez que se le imputa, acogiéndose a su derecho constitucional, se negó a declarar a las decenas de preguntas que los letrados de la familia hubiéramos querido hacerle", lamentan, y aseguran que en ningún caso se acosó "o linchó" a esta persona: "nos hemos limitado a hacer nuestro trabajo".
Pruebas de ADN
A día de hoy, los abogados de la familia Fernández-Cervera recuerdan que existe una única línea de investigación abierta, tras haberse descartado la implicación en el fallecimiento de Déborah de cualquier persona que no fuese su novio. Para llegar a esta conclusión, no obstante, ha hecho falta recopilar y rehacer decenas de pruebas, solicitadas todas ellas por la acusación, como fue la exhumación del cuerpo de la joven para realizar pruebas de ADN.
"En los últimos meses hemos pedido imputaciones de otras personas por entender que habían cooperado y colaborado con el investigado, en base a pruebas de ADN practicadas, pero no tenemos base para imputar a otra persona", explicaba esta misma semana Ramón Amoedo a este periódico. Ayer, no obstante, un medio de comunicación vigués aseguraba que el ADN encontrado bajo las uñas de Déborah correspondía con el de un vecino de la joven, algo que la familia y la justicia han desmentido en base a las declaraciones de los facultativos del Instituto Nacional de Toxicología.
"En cuanto a si excluye al novio, este dato está acreditado desde julio de 2002, en que llegó el resultado del análisis de su ADN que se le había tomado el 9 de mayo de ese mismo año. Si dicha persona hubiera tenido coincidencia de ADN en mayo de 2002, habría sido detenido de inmediato por ser el principal sospechoso para la policía", dice el comunicado.
Otras pistas
Por todo esto, puesto que el ADN hallado en el cadáver de la joven viguesa no es concluyente, se han solicitado otras pruebas que podrían arrojar luz sobre el caso. "Tras las últimas testificales de esta semana, la Policía sigue trabajando en algunas de las líneas de investigación abiertas a nuestra instancia", explican.
Todavía está pendiente la entrega del informe definitivo acerca de la
manipulación del disco duro del ordenador de Déborah "y alguna comparativa final de ADN, además de las pruebas que haya pedido la defensa del investigado o las que se puedan practicar a petición de alguna de las partes". "Esto no nos va a dar una pauta para saber quién mató a Déborah, sino que nos dirá si alguien lo manipuló, cuándo y cómo", explicó Amoedo.
¿Qué ocurrirá ahora?
"A día de hoy la única persona que ostenta la condición de investigado es el que fue novio de Déborah. Una vez se practiquen las pruebas pendientes, deberá la Juez decidir si se abre juicio contra él o entiende que no hay elementos suficientes para ello a pesar de todo lo relatado", explica el comunicado.
Ramón Amoedo, sin embargo, teme que el Fiscal solicite el archivo del caso una vez terminen de presentarse las pruebas solicitadas por la defensa. "Es lo que yo me temo, teniendo en cuenta la actitud de la fiscalía en veinte años: no sería de extrañar que ocurriese", explicaba a este medio. Como ejemplo habló de la declaración del novio de la joven, "que fue una conversación entre amiguetes" en la que no se trató de "sacar a la luz todas las contradicciones de su relato".
La familia Fernández-Cervera, así como sus abogados, confían en que la Juez continúe la investigación y decida abrir un juicio contra el principal sospechoso, algo que podría tardar semanas o meses. "Ojalá me equivoque", decía Amoedo, "y si me equivoco me como mis palabras, pero estoy seguro de que Fiscalía quiere cerrar el caso".
El abogado asegura que seguirán luchando por esclarecer quién asesinó a Déborah Fernández-Cervera, "porque no tengo ninguna duda de que fue un asesinato, lo que no sé es quién lo hizo". Asimismo, como la causa no ha sido declarada secreta, afirman que todo lo que ellos han podido ver en los últimos veinte años pronto estará a disposición de todos los vigueses: "una vez acabe este procedimiento será público y cada uno podrá sacar sus conclusiones", remata el comunicado enviado por la familia.