El Ejército de Tierra ultima ya los preparativos para que trece militares partan hacia la Base Antártica ‘Gabriel de Castilla’ el próximo invierno. En la recta final antes de su traslado a la Antártida en diciembre, el grupo trabaja en San Vicente do Mar, en O Grove (Pontevedra), en el adiestramiento de navegación para prepararse a la vida en el Polo.

Durante varias semanas, los trece componentes de la XXXVI Campaña Antártica convivirán en la Isla Decepción con investigadores del Ministerio de Ciencia e Innovación y con las poblaciones de pingüinos y otros animales que residen en esta inhóspita región del planeta. Asimismo, también el propio Ejército de Tierra realiza investigaciones y experimentos propios, que se desarrollan durante el tiempo que el contingente despliega en Decepción.

De los trece militares que participan en la campaña, actualmente hay dos gallegos: la Comandante María Lourdes Sanmartín Sánchez, destinada en A Coruña; y el Brigada Abel Vidal Yañez, destinado en Pontevedra. Junto a ellos, otros once compañeros han recibido formación específica que les ayudará a desenvolverse en un clima y unas condiciones extremadamente hostiles, con temperaturas que no superarán los 0 grados y conviviendo en poco más de 120 metros cuadrados.

En la otra punta del mundo

A 13.000 kilómetros de nuestro país se encuentra la Base ‘Gabriel de Castilla’, en el archipiélago de las Shetland del Sur, a escasos 100 kilómetros del continente antártico y a más de 1.000 del lugar poblado más próximo. La Isla Decepción es la parte superior del volcán más activo de la región: las últimas erupciones ocurrieron a finales de los años 60 y destruyeron una base chilena y otra británica.

El 60% de la isla está cubierto de glaciares, que en alguna ocasión se han cubierto de residuos sólidos de las erupciones volcánicas y han dado lugar a un singular paisaje formado por ‘glaciares negros’. Precisamente, el situarse sobre un volcán es lo que convierte a la isla en un lugar muy especial, en el que se puede investigar la actividad volcánica y sísmica, pero también la colonización de flora, musgos y líquenes que crecen sobre los depósitos de cenizas.

Para llegar hasta la isla, debe cruzarse el bravo Mar de Hoces, conocido por las aventuras del pirata británico Francis Drake, además de por ser un excelente caladero para la caza de ballenas, que tuvo su mayor auge en la Antártida a principios del siglo XX. De hecho, en 1888 se instaló en la isla la Compañía Ballenera Magallanes, empresa chileno-noruega que operó hasta mediados del siglo pasado y que se estima que llegó a cazar hasta 40.000 ballenas en una única temporada.

Actualmente, solo queda un osario de cetáceos conocido como "cementerio de ballenas", único vestigio de las anteriores actividades que se desarrollaban en la isla.

Una misión para unos pocos

Además de la base del Ejército de Tierra, el Ministerio de Defensa cuenta con otras dos plataformas: el buque de investigación oceanográfica ‘Hespérides‘, de la Armada Española, y la Base ‘Juan Carlos I‘, gestionada por la Unidad de Tecnolgía Marina del CSIC. Estas tres plataformas de investigación son las encargadas de llevar a cabo cada una de las campañas antárticas, que tienen lugar durante el verano austral, que corresponde al invierno en el hemisferio norte (del 21 de diciembre al 20 de marzo).

El principal objetivo de la campaña, según explica el Ministerio de Ciencia e Innovación, es desarrollar proyectos científicos nacionales o internacionales. Actualmente, hay más de 26 proyectos científicos españoles en marcha, además de otras actividades de colaboración internacional, "que abarcan disciplinas tan diversas como la dinámica de glaciares, geomorfología, sísmica, volcanología, biometeorización de rocas, geodesia, aerosoles o la ecología de pingüinos".

Desde finales de 1988, el Ejército de Tierra presta apoyo a estas investigaciones, en el marco de los proyectos que coordina el Subprograma Nacional de Investigación Polar (SNIP). Por ello, se adiestran durante los meses previos al despliegue, para estar preparados para una de las misiones más complicadas que actualmente lleva a cabo el Ejército, tanto por el destino como por la distancia a la que se encuentra de España.

Tras comenzar su entrenamiento en las montañas aragonesas, en Benasque, el pasado mes de abril, donde los trece componentes de la XXXVI Campaña Antártica han aprendido técnicas de vida y movimiento en clima frío, técnicas de rescate y reanimación, ahora se preparan para la navegación en O Grove. Allí, en Pedras Negras (San Vicente do Mar), la propia Brilat ha prestado varias embarcaciones neumáticas tipo zodiac con las que reciben formación para poder prestar apoyo a los científicos que participan en la campaña.

Tras este adiestramiento, el equipo se centrará en detallar los proyectos de investigación del Ejército de Tierra que se desarrollarán durante la misión, preparar todo el material necesario para la campaña (tanto el militar como el científico) y, como fase final de la preparación, recibirán varias charlas sobre sanidad, medioambiente, medios de comunicaciones o técnicas y procedimientos a emplear en caso de emergencias causadas por la orografía y la climatología. Una vez acabado el aprendizaje, los trece militares que forman parte de la XXXVI Campaña Antártica partirán a Isla Decepción a mediados de diciembre.