OURENSE, 3 Nov. (EUROPA PRESS) –

La Audiencia Provincial de Ourense ha celebrado este jueves el juicio contra una pareja a cuyos miembros se atribuyen los delitos de homicidio en grado de tentativa y asesinato en grado de tentativa por haber apuñalado a un hostelero de la ciudad.

Los acusados han reconocido los hechos, pero han defendido que no querían matarlo. De hecho, uno de ellos, el hombre, ha alegado que "si hubiese querido matarlo, estaría muerto".

Lo sucedido se remonta al 1 de mayo de 2021, alrededor de las 21:40 horas, cuando los acusados se encontraban en el balcón de su domicilio, situado encima del establecimiento hostelero que regentaba la víctima.

Desde allí, la mujer, a la que se acusa de homicidio en grado de tentativa, ha afirmado que "lo amenazó" y tras ello que bajó con un cuchillo y le asestó tres puñaladas.

"Yo bajé toda desquiciada, porque usted no sabe lo que es estar doce horas al día, quince días seguidos, sin insonorización, escuchando la música alta", ha reconocido ante el Ministerio Fiscal, añadiendo que previamente llevaba un año presentando quejas en el Ayuntamiento y llamando a la Policía Local por el elevado volumen de la música del pub.

Por ello, aquel día la mujer bajó con un cuchillo de 16 centímetros y se acercó hasta el propietario del local, "es cierto que le di tres puñaladas, así de cerca, cara a cara", ha manifestado la acusada explicando que mientras tanto la víctima intentaba agarrarla por la espalda.

"Quedó malherido, pero fue él quien empezó"

"Quedó malherido, pero fue él quien empezó", ha sostenido señalando que "nunca tuvo intención de matarlo", su único propósito era que "parase de molestarnos".

La versión de su pareja, acusada de un intento de asesinato, es que salió de casa con un cuchillo de 22 centímetros para defender a su mujer.

"Suelta a mi mujer o te doy", ha relatado que le dijo al hostelero y que, "como no la soltó", le clavó el cuchillo por la espalda, pero sin intención de matarlo, "tan solo quería que la soltase, si hubiera querido matarlo estaría muerto", ha sentenciado.

"A ver quién es el chulo ahora"

La víctima pasó un día muy grave, diecisiete días graves y 133 moderados por las heridas recibidas y ante la Audiencia Pública ha reconocido que había sido avisado varias veces por el ruido de su pub, y también que él respondió a las amenazas recibidas desde el balcón, "les dije que si tenían algún problema que bajasen y lo hablábamos".

Desde ese momento recuerda ver a la mujer bajar con el cuchillo y agarrarla por la espalda para intentar evitar que se lo clavase, pero no ver al otro acusado, tan solo sentir la puñalada y caerse al suelo. "Escuché como me decían que a ver quién es el chulo ahora".

En el juicio varios testigos han coincidido en que la mujer y el hombre le dieron las puñaladas al hostelero y que este sangraba abundantemente, pero además se ha visionado el vídeo que grabó una de las testigos del suceso y, en él, se observa a la mujer bajar de la vivienda con el cuchillo intentando apuñalar al dueño del local que, por su parte, intentaba agarrarla procurando salir ileso.

En ese momento la víctima recibe la puñalada del varón y se desvanece, mientras un grupo de personas procura taponar las heridas para evitar que se desangre.

Ánimo de matar

La persona que grabó el vídeo ha declarado en la vista oral y ha apuntado que "la mujer se quedó mirándolo en el suelo riéndose y mofándose".

El médico forense que ha testificado en la sala ha explicado que "la herida más grave fue la que le asestaron por detrás", mientras que las recibidas por delante "fueron moderadas" aunque "en zonas vulnerables" que "sí pudieron costarle la vida". Por todo ello la Fiscalía ha considerado acreditado que los acusados "evidenciaron ánimo de matar".

A la mujer le piden siete años de prisión por homicidio en grado de tentativa "porque el hostelero tuvo oportunidad de defenderse", y al varón diez años de prisión por asesinato en grado de tentativa "porque fue atacado de forma sorpresiva".

Por su parte las defensas solicitan la libre absolución de los acusados, entendiendo que los hechos responden a una agresión, pero no a un intento ni de homicidio ni de asesinato.

El letrado de la acusada ha esgrimido que ella "actuó fuera de sí, presa de un estado de obcecación", después de llamar varias veces al Ayuntamiento, mientras que el otro abogado considera que su representado "tuvo un acto reflejo al ver a su pareja agredida".

En caso de condena, la defensa pide rebajar la pena dos grados, mientras que la fiscal alega que "hay alevosía por la reiteración de las puñaladas y por las dimensiones de los cuchillos".

Arrepentimiento

En el turno de última palabra ambos acusados han lamentado lo sucedido asegurando que se "arrepienten".

En el caso de la mujer ha esgrimido que la víctima les "amargaba la vida", pero que "la que bajó aquel día no era ella", por su parte, su pareja ha alegado que se arrepiente y que "si hubiera llegado diez minutos después no hubiese pasado nada de esto". El juicio ha quedado visto para sentencia.