El presidente de la Federación Gallega de Empresarios de Salas de Fiesta y Discotecas (Fesdiga), Samuel Pousada, ha transmitido hoy las estimaciones del sector de cara a la celebración de la noche de Fin de Año y Reyes: "La previsión es que aumenten un 50% las fiestas ilegales estas navidades".
Pousada apunta que el fenómeno está provocado por dos motivos. Por un lado, "la euforia que tiene la gente del primer año sin restricciones". El ocio nocturno ha estado cerrado los últimos daños por estas fechas debido a las medidas de la pandemia, por lo que 2023 se recibirá con una normalidad casi plena en los locales. "La gente quiere recuperar el tiempo perdido y volver a disfrutar de una noche de Fin de Año", reconoce el presidente de la Fesdiga.
La segunda razón que alega el empresario es el "pasotismo" de los ayuntamientos gallegos. Pousada señala "una relajación del control de las medidas, de la detección de fiestas ilegales y de la comprobación de la normativa". Con este panorama, desde Fesdiga denuncian que si el año pasado se estimaba la celebración de 600 fiestas en toda Galicia, este 2023 aumentarán a 900. 300 de ellas se prevén en la provincia de Pontevedra.
Competencia desleal
Samuel Pousada explica que "el 80%" de las fiestas ilegales se realizarán en establecimientos que no cuentan con la licencia municipal para celebrarlas. Por ejemplo, pubs o restaurantes. "Hay que presentar un proyecto, aumentar el aforo, tener un plan de emergencia, contratar un seguro de responsabilidad civil y pedir la autorización", expone el empresario, "La mayoría de los ayuntamientos no la exigen y muchos locales no la piden".
De este modo, Pousada denuncia que se celebran fiestas sin la licencia necesaria ya que los hosteleros "no se molestan" en pedirla ante la inacción municipal. Pero estas no son las únicas celebraciones que, según el presidente de la Fesdiga, competirán de manera desleal contra el sector del ocio nocturno.
"Entre el 15 y el 25% serán fiestas que ni siquiera son en locales sin licencia. Son más peligrosas porque son en locales sin acondicionar, como casas abandonadas, garajes o viviendas particulares. Son una bomba de relojería que no cumplen ni una medida de seguridad", afirma.
Crisis económica
El presidente de la Federación expone que las consecuencias de la pandemia del coronavirus han sido especialmente graves para discotecas y salas —cifra las pérdidas en el cierre del 70% de los locales en toda Galicia— y señala la Navidad como uno de los momentos clave para su ejercicio anual. Sin embargo, Pousada manifiesta que todas estas prácticas "debilitan" el sector del ocio nocturno, que según declara, "se encuentra en la UCI" (primero por el COVID, ahora por el encarecimiento de las materias primas y la crisis económica).
Además, los empresarios de la noche suman a su crítico el "repunte" del botellón. "Si la crisis dura muchos años puede suponer la desaparición definitiva del sector, quedan muy pocos locales en toda Galicia, el 15% de los que había hace 30 años", declara Samuel Pousada.
Así las cosas, el presidente de la Fesdiga exige que "se acabe con la competencia desleal", que "se regule el botellón" o que los ayuntamientos "hagan cumplir con la normativa"; es decir, "que se cumplan los horarios", misión a la que apelan directamente a la acción de la Policía Local y los Concellos.